La soledad del manager

Jordi Jaumà (Periodista Digital).-En la prensa de este domingo se cuestiona al presidente Zapatero. Sus alianzas, su progresía y la crísis semántica dentro del partido socialista.

Relevante es la crítica que hace Pedrojota Ramírez en su carta del director en El Mundo. Basta con leer las siguientes líneas:

“Al disparate de haber abrazado como propia la causa insolidaria del nacionalismo catalán -pero chico, ¿qué hace un rojo como tú en un sitio como éste?- Zapatero y sus compañeros de viaje suman ya tal concatenación de resbalones, zambullidas en piscinas sin agua y demás despropósitos que lo que han logrado es suscitar un cerco de desconfianza que estos días va estrechándose a su alrededor a una velocidad inaudita”.

Cuenta Luis R. Azpeolea en la edición dominical del diario El País las diferencias que existen entre las baronías del PSOE y su percepción del término nación, nacionalidad o comunidad nacional. Los compañeros de viaje y de partido del Presidente del Gobierno parece que tampoco se ponen de acuerdo. Según Aizpeolea;

“El Gobierno y la ejecutiva del PSOE admiten que el texto aprobado por el Parlamento catalán cogió desprevenidos a los cuadros del partido, a los que alarmó su contenido, el apoyo del PSC y la actuación de su presidente Maragall. El Presidente Gobierno, el del PSOE Manuel Chaves y el primer secretario del PSC, José Montilla, tienen un objetivo común: Tranquilizar a los barones del PSOE y reafirmar su discurso territorial frente al PP”.

El diario conservador, ABC, en su editorial y siguiendo su línea habitual, apoya las llamadas a la sociedad civil tan de moda en este partido últimamente– del presidente del PP, Mariano Rajoy, cuando dice:

“en cambio, si alguna posibilidad existe de que Rodríguez Zapatero introduzca modificaciones en el texto -lo que no quiere decir que lo mejore- se debe a la movilización del PP, al seguimiento social de su llamamiento y a la coincidencia de destacados socialistas con los criterios de Rajoy. Si el PP no hubiera actuado de esta manera, Rodríguez Zapatero no habría planteado tan explícitamente la necesidad de revisar determinados capítulos del proyecto estatutario, ni estaría corriendo los riesgos que se ciernen sobre él.

Por su parte, en el artículo de Gonzalo López Alba, se señala que:

“Zapatero y Montilla acuerdan con Carod «atar corto» a Maragall en la fase final del Estatut. El presidente de la Generalitat de Cataluña queda al margen del proceso de negociación en Madrid.

En Cataluña el tema, para el diario La Vanguardia, es el presidente Maragall.

-Zapatero y Montilla constatan con ERC que Maragall erosiona ambos gobiernos. Puigcercós dice que «mientras los consellers trabajan» el president desgasta al Govern. Mas ve «ridículo y vergonzoso» que el president pida cambios y el tripartito se los niegue.”

Vamos, que según la prensa, el Presidente Zapatero lo tiene fatal. Su partido desunido. Inmensa desconfianza de la opinión pública que va estrechándose día a día. Presiones de los aliados en el tripartito Catalán y de postre, augurios del fin de la carrera política de Pascual Maragall debidos a su falta de oportunidad.

Ahora bien, aparte de algunos radicales que promueven cesar la compra de productos catalanes, por lo que se ve, a la ciudadanía parece que todo esto le da bastante igual.

Eso sí, al loro, que en breve la próxima bronca vendrá a cuenta de la gripe aviar. Mientras tanto el Presidente del Gobierno, imperturbable, luce su sonrisa hierática habitual.

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