Jordi Jaumà (Periodista Digital/Agencias).- Al final nación, nacionalidad, identidad nacional, comunidad, da igual. Lo que importa son los dineros. Cuando se pensaba que todo estaba acordado, con Manuel Chaves como mediador, Rodríguez Ibarra dice que nones. No está dispuesto a claudicar. De momento todos callan y esperan. El problema, esta vez, no es el Partido Popular.
El Presidente de la Junta de Extremadura, explicaba a la prensa, la mañana de este jueves: «Yo voy a querer seguir siendo región, ese nombre me gusta«. Ibarra en si mismo es toda una región, una comunidad o un país y también una nacionalidad, pero este no es el punto central de su confrontación con los grupos nacionalistas del Partido Socialista.
Fieles a esa venerada norma según la cual un político, da igual el signo, no debe dejar que sus principios le impidan votar a favor de lo que le conviene, los diputados del PSOE guardan respetuoso silencio, aplauden al hoy imprescindible Carod, antes vilipendiado. Mientras tanto obedecen mansamente a Zapatero. La única voz discordante es la de Rodríguez Ibarra.
La lucha interna está servida
“Mucha esencia, mucha identidad nacional pero al final mucho dinero«, apuntó Ibarra, quien agregó que «estarán dispuestos a renunciar a la nación pero no al dinero«. «Eso es por lo que jugamos aquí y ahí sí voy a estar en primera línea«, sentenció. En este sentido, los socialistas catalanes no tienen nada que declarar. El seny catalán –sentido común- demuestra que hay que calmar los ánimos antes de negociar.
Ibarra está «compungido» por lo que han dicho los catalanes ya que, según ironizó, “hay que terminar con el tiempo en el que los pobres exploten a los ricos”, “es lo que ha dicho el señor Mas” cuando advirtió que “la solidaridad perjudica al que la practica, estamos hablando de abuso”. “Si eso lo dice Botín, se le tira todo el mundo al cuello«. Pero no calla, empieza por su propio partido metiéndole caña a la socialista catalana Manuela de Madre, a la que acusa de “traficar con la Historia» por afirmar que «el franquismo la expulsó de Huelva” como si “en Cataluña no hubiera franquismo, cuando había tanto o más que en Extremadura y Andalucía”.
En cualquier caso, florituras históricas aparte, los socialistas catalanes lo tienen claro – el negoci es el negoci– y como exponía Carod Rovira ayer ante la cámara, “Hay más pobres hoy, en Cataluña que habitantes en algunas comunidades autónomas”.
Mientras tanto el ministro de Defensa, José Bono – que ayer tampoco aplaudía mucho – también empieza a echarse para atrás. Y reconoce que las intervenciones de los comisionados, Artur Mas, Carod Rovira y Manuela de Madre “me parecieron mucho mejores que el texto del Estatuto, lo que me dio un motivo para la esperanza”.
Esperanzas aparte, lo que se ve es que cada uno barre para su casa.
Está en juego la solidaridad interterritorial