La Grada de los Leones y el Bambi de Zapatero

La Grada de los Leones y el Bambi de Zapatero

Daniel Forcada (Periodista Digital).- Raúl del Pozo (Mariana, Cuenca, 1936) es uno de los periodistas más veteranos del Congreso. En alguna ocasión ha manifestado que se siente el padre de muchos de los jóvenes reporteros que le acompañan en esas largas esperas a pie del hemiciclo. Su secreto, dice, es cobijarse bajo las estatuas de Julián Besteiro o Cánovas del Castillo y esperar a la mejor oportunidad para asestar “un capotazo” a sus señorías y ver cómo embisten. El resultado de esas conversaciones y de esos corrillos lo relata cada miércoles en su Grada de los Leones de El Mundo.

Del Pozo, que fue quien bautizó a Zapatero con el sobrenombre de «Bambi», parece que ha conseguido enfurecer un poco al presidente del Gobierno en la sesión de control de este miércoles. Al menos, es lo que se deduce del siguiente fragmento publicado en su última crónica:

“Yo esperé al arcángel Zapatero, que llegaba tras estar metido en el vientre de Leviatán o la ballena del capitalismo catalán. Venía englobado, sonriendo.

– ¿Cómo ve lo de ETA, presidente?
– Estamos dando pasos lentos, pero decisivos.
– ¿Los alemanes han desbaratado la OPA?
– Hay muchos golosos, y si no sacamos los dientes van a venir más. Nuestra economía va muy bien y les interesan nuestras grandes compañías.

Ya les dije que venía optimista, como colocado. Me dijo: “¡Qué pena que trabajes en un periódico que está con los perdedores!”. Me dejó tirado en la moqueta y cogió de la mano a Charo Zarzalejos de ABC; se la llevó al sofá, con buenas intenciones, para hablarle off the record”.

Un ejemplo de esos “capotazos” de los que habla Del Pozo. Un pequeño encontronazo que no le impide hablar bien del presidente del Gobierno. “Tengo una buena relación personal, al igual que con los diputados del PSOE. Hubo una etapa, en los noventa, en la que los socialistas ni se nos acercaban a los de El Mundo. Zapatero ha normalizado las relaciones, ha creado más concordia y ha contribuido al deshielo de las relaciones entre El Mundo y los socialistas”.

Curtido en redacciones como las de Pueblo, Interviú, Diario 16 o El Independiente, Del Pozo trabajó entre 1976 y 1981 en Mundo Obrero. Precisamente, hace 25 años, cuando Tejero y sus oficiales asaltaron el Congreso, el veterano periodista llevaba una escarapela del rotativo comunista. “Pasé mucho miedo tumbado en la moqueta del bar. El guardia que me apuntaba con la metralleta temblaba más que yo y eso aún me daba más miedo. Se me heló el Cuba Libre en la mano. Se oían disparos en el hemiciclo y pensaba que estaban fusilando a los diputados”.

Y dos consejos para no iniciados en la crónica parlamentarias. Uno, que “el periodismo, como la prostitución, se aprende en las esquinas y en las plazas públicas” y dos que lo importante se desarrolla en los pasillos: “En ellos está la vida del Parlamento. Es la plaza pública, la tertulia… Los políticos cuando les enfocan las cámaras se vuelven como mosquitos, se quedan hipnotizados y es entonces cuando hay que sacarles algo”, aunque sea desde el periódico de los perdedores.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído