(Carmelo Jordá).- Se ha presentado hace unas pocas horas en Madrid Ciutadans de Catalunya, la plataforma creada por intelectuales catalanes que en breve se convertirá en un partido político. El acto se ha celebrado en el teatro Reina Victoria, en la misma Carrera de San Jerónimo en la que se encuentra Congreso de los Diputados, lo que quizá sea un buen augurio.
El teatro se ha llenado hasta los topes y cuando este periodista llegó a su puertas a la hora de inicio del acto la cola de gente que esperaba encontrar un asiento en el interior llegaba hasta bastante lejos de las puertas. Pese a que la gente pedía poder seguir el acto desde donde fuese (“en el vestíbulo, sentados en el suelo…”) evidentes razones de seguridad han obligado a que muchos, muchísimos, se quedaran con las ganas.
En el interior, el público estaba formado por una mezcla bastante variada de vestimentas, edades y aspectos, con algunos rostros conocidos de la prensa como Victoria Prego, Román Cendoya o la sorprendente presencia, al menos para quien esto suscribe, de Jesús Mariñas, que nos tiene más acostumbrados a otro tipo de actividad periodística.
El acto ha contado con una impresionante nómina de oradores, a los habituales primeros espadas de Ciutadans (Albert Boadella, Fracesc de Carreras y Arcadi Espada) se han unido algunos invitados de excepción: Fernando Savater, Rosa Díez y Jon Juaristi. La sucesión de discursos ha supuesto una emocionante presentación en la que catalanes y vascos hablaban a madrileños de libertad, de ciudadanía y de las falacias del nacionalismo.
Los aplausos más fuertes y calurosos de la noche fueron para Albert Boadella, que disfrazado de médico realizó un discurso político tan genial como poco ortodoxo, y para Rosa Díez, que en su corta charla apoyó la aventura que Ciutadans está a punto de empezar y trajo al estrado, como antes lo habían hecho Savater y Juaristi, el otro gran tema de la actualidad política española, afirmando con rotundidad:
“Soy de ese gran grupo de españoles que cree que derrotar al terrorismo no es un proceso de paz. (…) No quiero la paz de ETA de la misma forma que mi padre no quería la paz de franco; eso puede ser la paz, pero no la libertad.”
Arcadi Espada fue el encargado de cerrar el acto con un discurso en el que apuntó, como ya habían hecho alguno de los anteriores oradores, que quizá la experiencia de Ciutadans se pueda y deba trasladar a muchas otras partes de España, una sugerencia que ha quedado en el aire como probablemente lo más importante de esta presentación que el propio periodista terminó entre grandes aplausos con “un seco, sinecdótico y sin música ¡viva España!”.
