Zapatero hace un discurso plano y evita temas espinosos

(Carmelo Jordá).- Como suele ocurrir en este tipo de ocasiones el Presidente del gobierno resumió de forma más bien plúmbea su último año de gestión en un discurso de una hora y cuarto de duración que despertó escaso entusiasmo hasta en los bancos de su propio grupo parlamentario.

La situación económica ha sido el aspecto de la actualidad que más espacio ha ocupado en el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero, que ha dedicado buena parte de su tiempo a describir la, según él, óptima situación de la economía española, haciendo hincapié en la creación de empleo y desgranando alguno de los planes para convertir el empleo temporal en estable.

La voluntad del presidente de hacer un discurso que diese pie a poca confrontación se refleja en que ha tardado media hora en citar un tema con cierto perfil polémico: las acciones para evitar los estragos de la sequía con el plan AGUA, momento en el que se han oído las primeras protestas, bastante tibias por otra parte, desde los bancos de la oposición.

Entre los temas que dominan la actualidad política el presidente sí ha tocado durante su discurso han merecido un espacio notable tanto la inmigración como la seguridad ciudadana. En ambos Zapatero ha aportado una maraña de datos bastante confusa con los que pretendía demostrar que la situación al respecto es mejor hoy que en el 2003.

Sin embargo, tan sólo hacia el final de su discurso ha hecho referencias muy rápidas a los dos temas que desde hace meses ocupan la mayor parte de la agenda: las reformas estatutarias y constitucionales y el proceso de paz o negociaciones o lo que sea que se ha iniciado con el alto al fuego de ETA. Respecto de lo primero el presidente ha anunciado que después del verano habrá contactos con las fuerzas políticas para buscar el consenso necesario para llevar adelante los cambios en la Constitución y que sólo si encuentra ese consenso dará inicio el proceso.

Respecto a la banda terrorista el presidente se ha limitado a expresar, en el último minuto de su intervención, su “determinación de trabajar para el fin de la violencia, para el fin de ETA”, y su “disposición al máximo diálogo para recorrer el camino a la paz”.

Tras el discurso en los pasillos del Congreso se escucharon las primeras reacciones, obviamente positivas en los diputados socialistas y en los socios del gobierno, por ejemplo Joan Puigcercós, portavoz de ERC, calificaba el discurso de “un poco autocomplaciente pero correcto”.

Los miembros del Grupo Popular eran lógicamente más críticos y destacaban el carácter extraordinariamente plano y aburrido del discurso. Algunos señalaban que ha intentado “dar la sensación de que tiene un proyecto para el resto de la legislatura” y de que no habrá adelanto electoral. Por su parte, Soraya Sáenz de Santamaría, una de las personas que ha intervenido en su elaboración, nos comentaba que tras escuchar la intervención de Zapatero no habrá prácticamente ningún cambio en el discurso que ha preparado para esta tarde Mariano Rajoy.

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