Zapatero a Rajoy: «Usted no tiene ni idea de lo que realmente es España»

(Carmelo Jordá).- La continuación del debate del Estado de la Nación llegó tras la pausa al mediodía con el esperado rifirrafe entre el presidente del gobierno y el líder de la oposición. Rajoy ha iniciado su discurso estableciendo la posición de su grupo en relación a las intenciones de Zapatero de iniciar el diálogo con ETA, con ello se ha desvelado muy pronto una de las incógnitas periodísticas que más controversia ha levantado en los últimos días: si abordaría o no ese tema.

Una vez más el líder de los populares afirmó que su apoyo al gobierno se limita a que éste compruebe “la voluntad irreversible de los terroristas abandonar las armas, disolver la banda y pedir perdón a las víctimas”. Rajoy ha hecho también varias referencias al pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo en virtud del cual “el Partido Popular no prestará su apoyo a ninguna clase de negociación que tenga como objeto pagar un precio político bien sea a ETA, a sus cómplices o a sus sostenedores”.

Una nación de ciudadanos

Tras esta primera referencia a uno de los temas que más preocupan hoy por hoy a la ciudadanía el discurso de Rajoy se ha centrado, tras un breve paso por la política económica y algunos aspectos como la inmigración, que ha calificado como “situación insostenible”, la seguridad ciudadana, la educación, la vivienda o la política exterior, pronto ha derivado hacia una de las partes más interesantes de su discurso: aquella en la que ha abordado el problema de la nación y del modelo de estado, acusando al gobierno de estar “desguazando la Constitución disimuladamente” y de hacerlo “sin querer consultarlo con los españoles” en referencia a los cuatro millones de firmas en demanda de un referéndum recogidas por el PP. Como ha hecho en otras ocasiones el líder popular ha reivindicado “una nación de ciudadanos, es decir, de voluntades individuales”.

Otra crítica muy dura de Rajoy a Zapatero ha sido la de aportar incertidumbres en lugar de certezas, señalando esta inseguridad como “el resultado más significativo de la gestión de Zapatero”. Según el líder de la oposición el gobierno no tiene una política y un proyecto sino “ocurrencias”.

Por último, la que ha sido probablemente la crítica más feroz de Rajoy se ha referido al sectarismo con el que, según él, se conduce el presidente del Gobierno, con una actitud “que pretende expulsar de la vida política a la mitad de las personas” y que ha llevado a que “España, que estaba unida, se muestre hoy más dividida que nunca”. El líder del PP ha hecho referencia al famoso Pacto del Tinell y a los eslóganes del PSC en la campaña del referéndum del Estatuto de Cataluña.

Zapatero replica criticando… a Aznar

La réplica de Zapatero se ha desarrollado en un ambiente mucho más ruidoso y combativo y se ha caracterizado por la defensa que el presidente ha hecho de su política económica y por las continuas referencias al pasado que ha realizado: criticando diversas facetas de la gestión de anteriores gobiernos, así como de la forma de hacer oposición de los populares.

Lo “mejor” ha llegado cuando el presidente ha abordado el tema de la política exterior, en la que ha vuelto a hacer referencia a la famosa “Cumbre de las Azores”, la guerra de Iraq y hasta la cárcel de Abu Ghraib. Además ha hecho un somero repaso por algunos titulares de la presa extranjera para transmitir una idea positiva de la influencia de España en el mundo.

Un tema de actualidad: AP

En cuanto a la política territorial el presidente ha decidido remontarse todavía a antes de la guerra de Iraq, y ha recordado a la cámara la posición de Alianza Popular (la agrupación de partidos que hace ya más de una década dio origen al PP) respecto al título VIII de la Constitución o los primeros Estatutos de Autonomía. Zapatero ha llegado a decirle al líder del PP «Usted no tiene ni idea de lo que realmente es España«.

En esta réplica el discurso del presidente cuanto menos sorprendente criticando políticas de hace años, pero su aspecto formal ha sido notablemente superior al de esta mañana a pesar de que, como se ha señalado desde los bancos populares, la longitud de su exposición ha sido a todas luces excesiva, haciendo un uso un tanto abusivo de la no limitación de tiempo que el reglamento del debate le otorga.

Este problema de los tiempos ha centrado desafortunadamente buena parte del debate a partir de ese momento, con protestas airadas de Rajoy sobre la desigualdad que el formato consagraba. El líder de la oposición se ha enzarzado en una pelea un tanto absurda con Manuel Marín que ha arruinado buena parte de su segunda intervención. En el resto ha resaltado y criticado las continuas referencias de Zapatero al pasado y ha vuelto a insistir sobre la carencia de objetivos del gobierno socialista. Finalmente, ha abandonado el estrado en mitad de una polémica no muy enriquecedora con Marín.

La siguiente intervención de Zapatero ha destacado por las nuevas referencias al pasado, cita de unas declaraciones de Manuel Fraga en el año 79 incluida; y por que, no sabemos si consciente o inconscientemente, ha dado por ganador de las futuras elecciones catalanas a CiU, con la que según él los populares están deseando pactar.

Debate sobre el debate: polémica sobre los tiempos

En su última intervención Rajoy ha vuelto ha enzarzarse con Marín alrededor del tema de los tiempos del debate y, tras esto, ha pedido nuevos plenos sobre seguridad e inmigración y política exterior. Además, ha criticado a Zapatero que “no ha debatido sobre el estado de la nación en el 2006 sino sobre el pasado de la nación”.

Esta fase del debate, sin duda la más significativa aunque no demasiado brillante ni desde luego divertida, ha terminado con una última intervención del presidente del gobierno que ha vuelto a recordarnos la época de Alianza Popular y ha reclamado al PP que hagan acuerdos con el gobierno como él los hizo en su época en la oposición.

La guinda ha sido una interpelación del portavoz del grupo parlamentario popular, Eduardo Zaplana, que ha vuelto a discutir con el presidente del Congreso sobre la cuestión de los tiempos.

Polémica sobre el formato a parte, el enfrentamiento entre el presidente del gobierno y el líder de la oposición se ha saldado sin un vencedor claro, quizá a favor del primero a los puntos. En cualquier caso el resultado ha sido más favorable a Zapatero de lo que venía siendo habitual en sus refriegas parlamentarias, quizá “Bambi”, aunque sin muchos argumentos más allá de las Azores, Iraq y Fraga, está empezando a dominar la mecánica parlamentaria; quizá no fue el mejor día de Rajoy.

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