Juan C. Osta (Periodista Digital).- En su época dorada era conocido entre sus colaboradores como Dios. Con el paso de los años, Felipe González reconoce que el tiempo de los cargos de «tanta responsabilidad» debería limitarse porque terminan «afectando al carácter«. Dice que tiene «mucha preocupación por lo que pasa. Sería una tontería negarlo«. El ex presidente ha desvelado que habla «amistosamente» con Pujol y le dice: «Cada día soy menos nacionalista«. Para Aznar también ha habido ración.
«Los ex presidentes somos como jarrones chinos grandes en apartamentos pequeñitos. Se supone, sólo se supone, que son valiosos, pero estorban en todas partes. Y todos están deseando que alguien, a ser posible un niño, le dé con el codo y lo rompa en mil pedazos, porque ya sí se sabe qué hacer. Yo procuro estorbar lo menos posible, pero alguno de los que me sustituyeron…»
Felipe González ha presentado un libro sobre la figura del que fuera su ministro de exteriores Francisco Fernández Ordóñez, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Haciendo un recordatorio de la trayectoria del político ya fallecido ha dicho sobre la Transición:
«Ese cuarto de siglo ha sido el más brillante, por lo menos, de la era contemporánea. Nunca le fue mejor a España, nunca resolvió las grandes cuestiones pendientes mejor.»
«Ahora hace casi 25 años o 30 de casi todo. Me resisto a ir porque alguna vez que he cedido a la tentación de ir me he encontrado con tanta gente que dice que estaba… Si ellos estaban entonces yo no estaba porque no los veía.»
Pese a que gran parte de su discurso lo ha centrado en la figura del protagonista, y aprovechando que le acompañaba el ex ministro de la UCD Rodolfo Martín Villa, Felipe González ha dicho:
«Es verdad que estamos pasando por unos momentos más confusos que otra cosa. Tengo mucha preocupación por lo que pasa, sería una tontería negarlo.»
No ha desperdiciado la ocasión para cargar contra José María Aznar:
«Paco Ordóñez me dice, y no tengo que poner nombre y apellidos: Ese muchacho tiene la virtud de solemnizar lo obvio. Nunca había oído una definición más precisa del personaje. La tontería más grande le daba tal solemnidad que parecía seria.»
El que fuera presidente del Gobierno de España durante casi catorce años, ha afirmado:
«Cuando uno llega a los diez años de Gobierno se debería ir. Yo estuve catorce, me hubieran sobrado cuatro, o casi cuatro. Porque se acumula mucho la tensión, Los periodos de máxima responsabilidad deberían tener límites razonables porque es verdad que uno cambia de temperamento, de carácter.»
Dice Felipe González que le hubieran sobrado cuatro años, o sea, la última legislatura enterita. ¿La Guardia Civil de Roldán, el Ministerio del Interior del GAL, el Banco de España o la Cruz Roja y el Boletín Oficial del Estado? Sobraban. Claro que sobraban.
