El PSOE asegura que no hay veto a la postura de Puras; continúa el debate

El PSOE asegura que no hay veto a la postura de Puras; continúa el debate

(Agencias / PD).- La caldera socialista bulle a borbotones. Tras filtrar en la noche de ayer jueves que existía veto a la decisión del PSN de formar gobierno con Nafarroa Bai e IU, ahora el PSOE asegura que en el seno de Ferraz a estas horas se está produciendo «un debate político y democrático«. La inteción: Aminorar el desgaste tratando de esconder las desavenencias y no desairar demasiado a Puras «Iscariote».

El portavoz socialista en el Congreso, Diego López Garrido, ha asegurado que el PSOE no ha vetado el posible pacto entre PSN, Na-Bai e IU para formar gobierno en Navarra y afirmó que lo que hay en el seno del partido es «un debate político y democrático«.

A la entrada de la sede del PSOE en Ferraz para asistir a la reunión en la que la Comisión Ejecutiva Federal socialista analiza la situación en Navarra, López Garrido señaló a los periodistas que el PSOE tomará una decisión tras escuchar a los representantes del PSN.

«Vamos a hablar con los compañeros navarros con toda cordialidad«, agregó el portavoz socialista, quien precisó que el PSOE es «un partido muy unido y en el que tenemos las cosas claras«.

Preguntado por la forma en la que conoció el PSOE este posible acuerdo de gobernabilidad en Navarra, López Garrido indicó que en su formación «las políticas de alianzas en cada uno de los territorios es algo que decide la Ejecutiva Federal«.

«También lo saben los compañeros navarros«, continúo Garrido, quien dijo que «por eso vienen a Madrid, cordialmente, a exponer su posición» y «en función de los expuesto, se tomará una decisión«.

A la reunión entre otros miembros de la Ejecutiva Federal, asisten el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, el ex ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, el secretario de Política Municipal, Álvaro Cuesta, y el coordinador de la Secretaría de Organización y Acción Electoral del PSOE, Óscar López.

También han acudido a esta cita los socialistas navarros, encabezados por su secretario general, Carlos Chivite, y el candidato a la Presidencia del Ejecutivo de la comunidad foral, Fernando Puras.

Los socialistas navarros (PSN) llegaron el miércoles a un acuerdo con Nafarroa Bai e Izquierda Unida para formar Gobierno en Navarra a sabiendas de que esta decisión no gusta a la Ejecutiva Federal del partido, que días antes había descartado pactar con la coalición nacionalista .

Hasta ahora, Ferraz se ha mostrado proclive a formar un Gobierno en minoría de UPN, la marca electoral del PP en la comunidad foral. De hecho, el líder de UPN, Miguel Sanz, tendió hace tiempo la mano a los socialistas.

La decisión del PSN debe ahora contar con la autorización de Ferraz, y para ello se reunen hoy en Madrid desde las 11 de la mañana. Lo previsible es que la Ejecutiva socialista vete el pacto con los independentistas.

Las primeras reacciones no se han hecho esperar y el portavoz de Batasuna, Pernando Barrena, se preguntaba este viernes «cómo diablos respetará» el PSOE la decisión de los vascos si no respeta la del PSN.

Barrena afirmó que aunque los acuerdos entre PSN, NaBai e IU son «tremendamente pobres«, los principal es «desalojar» del poder a UPN.

EL GAMBITO NAVARRO

Ni Rajoy ni nadie de su entorno, lo admitirán en voz alta, pero el escenario político más beneficioso para el Partido Popular en estos momentos sería que Zapatero autorizase la coalición de los socialistas con Nafarroa Bai.

El victimismo -como escribe Ignacio Camacho en ABC – siempre resulta, por desgracia, rentable en política, y sobre Navarra incide la sombra del «Proceso» que persigue al presidente más allá de su reciente intento de aparentar que nunca ha pasado nada.

Paradójicamente, al PSOE también le quema ahora el poder navarro. Todo su esfuerzo de «normalización» del último mes se vendrá abajo si pacta con la alianza panvasquista, y le pondría a su adversario en bandeja el argumento que más teme ahora mismo: el de que continúa siguiendo la hoja de ruta trazada en los contactos con Batasuna.

En estas circunstancias, el tablero de Navarra se asemeja a una de esas partidas de ajedrez en que los jugadores tratan de sacrificar una pieza para obtener una posición de ventaja. Gambito, se llama la jugada.

Mueven las blancas, o sea, el Gobierno, y Zapatero medita la decisión mientras se le rebrincan los alfiles, decididos a seguir por su cuenta la línea que se les trazó antes de que cambiaran las coordenadas del diálogo con ETA. El presidente cambió de caballo -Chivite por Puras- para facilitar la vía de la coalición con NB y el órgano común con la comunidad vasca.

Puras se lo creyó, y ha ido desde el principio a por el objetivo marcado, a costa de desdecirse de sus propias promesas con una desvergonzada y hueca desfachatez, estimulado por el precedente del «montillazo».

Es verdad que el PSC es orgánicamente independiente del PSOE, pero si a la hora de reeditar el tripartito catalán Montilla se saltó en su beneficio el acuerdo -ambiguo, como siempre, pero real- de Zapatero con Artur Mas, Puras tiene derecho a pensar que la opinión de Madrid es sólo eso, una opinión. Ya se sabe lo que decía Harry el Sucio sobre las opiniones: que son como los culos, todo el mundo tiene una.

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