(Agencias/PD).-El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, ‘echó en cara’ a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la acalorada charla que protagonizó el pasado 12 de octubre durante el desfile militar con la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, para poner en cuestión «la España de la serenidad» que defiende el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.
Zaplana interrogó a De la Vega sobre si considera que la convivencia en España es mejor ahora que en 2004, para lo cual puso de relieve acontecimientos como la propuesta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, de celebrar un referéndum «ilegal» en el País Vasco, la pretensión del vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, de hacer lo propio en Cataluña, la quema «impune» de fotografías del jefe del Estado o el incumplimiento por parte de algunos alcaldes socialistas de la Ley de Banderas.
Pero el portavoz de los ‘populares’ también aprovechó para denunciar que ciudadanos castellanohablantes sean representados por «los socios» del Ejecutivo «como turcos en Alemania» o que 500 encapuchados «tomen las calles» de San Sebastián para denostar que ésta sea «la España serena» que hay desde que gobiernan.
Y, como ejemplo de ello, sacó a colación las imágenes sobre la conversación que mantuvo De la Vega con la presidenta del TC el pasado viernes en la tribuna de autoridades durante el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas, interpretada en algunos medios como una discusión por los gestos que se pudieron ver. «Sólo hay que observarla a usted durante el desfile para acreditar la serenidad del Gobierno», ironizó.
Con este mismo tono irónico, Zaplana dijo retirar algunas quejas realizadas en anteriores sesiones de control «por la forma en la que se ha dirigido» la vicepresidenta a la bancada ‘popular’ porque, a su juicio, «no se trataba de algo personal» ya que, criticó, así es como se dirige «a los representantes de las mas altas instituciones» del Estado.
PP, «INCAPAZ» DE CONVIVIR CON LA MAYORÍA
Frente a esto, María Teresa Fernández de la Vega aprovechó su turno para aseverar que efectivamente la convivencia en España «va mejor» que en 2004, para criticar que los ‘populares’ se «esfuercen» en lo contrario y para reprocharles que sean «incapaces de convivir con la mayoría, con los otros, con los diferentes».
«O tiene un concepto completamente distinto a lo que entendemos la mayoría de los ciudadanos por convivencia o tiene un problema muy grave de amnesia si no es capaz de recordar que dejaron el depósito de la convivencia completamente agotado», replicó a Zaplana.
«Convivencia es compartir y hoy compartimos más prosperidad, más libertad, más confianza que hace tres años; convivencia es trabajar para que los españoles puedan vivir con más oportunidades y más progreso, y es lo que siente hoy la mayoría; convivencia es reconocerse como iguales, algo que ustedes han negado oponiéndose a la Ley de Igualdad», enumeró.
«Convivencia –continuó– es trabajar en la comunidad internacional, y no practicar el excepcionalismo unilateral; convivencia es dialogar, es respetar, y nunca ha habido más diálogo que en esta legislatura; convivencia es facilitar derechos a quien no los tiene, y ustedes los ignoraron».
POLÍTICA DE «MANO TENDIDA»
Pero, además, la vicepresidenta defendió que la convivencia es, sobre todo, practicar una política de «mano tendida, y no de puño cerrado» como, en su opinión, se hizo durante los gobiernos del PP, que hizo «oídos sordos a todos y a todo».
«De todo eso, sin duda, estamos hoy mucho mejor que cuando ustedes gobernaban, cuando lo hacían de espaldas a los ciudadanos, quienes no han olvidado que son los representantes del no a todo, del catastrofismo y de la confrontación». «Y así –remachó– no se construye la convivencia».
En su segundo turno de palabra, Zaplana reiteró que «convivencia» no es «echar broncas» ni a la oposición «ni a las altas instituciones» del Estado. «Eso no es convivir», mantuvo el dirigente ‘popular’ para recriminar al Gobierno a continuación que no pueda «enderezar» la situación que se vive en España por estar «preso de sus errores». Ante esto, la vicepresidente le espetó: «Cuando se considera que quien piensa diferente es un enemigo, no hay posibilidad de que haya convivencia».
