(PD).-A fecha de hoy, no se puede saber ni una fecha concreta para la llegada de la alta velocidad a Barcelona, ni para la reapertura del servicio de Cercanías. Zapatero no destituye a Álvarez para evitar más retrasos en el AVE y para detener la hemorragia política abierta en Cataluña.
El presidente del Gobierno mantendrá en su puesto a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, para evitar un retraso aún mayor en las obras del AVE a Barcelona y en la reapertura de las líneas de Cercanías de la ciudad condal. Es la versión de El Mundo pero hay otra más maliciosa que sostiene que la mantiene para que ataje todos los golpes, para que actúe de pararrayos.
Zapatero comparecerá mañana en el Congreso, a petición propia, para asumir en primera persona toda la responsabilidad del caos generado en la capital catalana. Sabe que ha dilapidado en una semana su crédito en Cataluña y tendrá que dar soluciones porque este «muerto» no se revive diparando metralla sobre la oposición.
«Destituirla ahora sería un disparate, sólo supondría entorpecer la solución y alargarla», explican en medios próximos al presidente. «Cambiar, a dos meses del final de la gestión del Ejecutivo, a la cúpula del Ministerio significaría paralizar las firmas al menos hasta que el nuevo responsable controlara una situación que es enormemente complicada», argumentan.
Esta misma tesis fue defendida ayer por el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, quien reprochó a sus socios de ICV-EUiA y ERC que hayan presentado en el Parlament peticiones de dimisión de la ministra, porque la salida de Magdalena Alvarez «sólo retrasaría la solución».
El PSOE tiene un problema de gestión y eficacia. Según informa el diario El País, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se puso el pasado viernes al frente de la crisis ferroviaria de Barcelona y convocó de urgencia una reunión con los presidentes de dos de las principales constructoras del país que trabajan en las obras del AVE. Florentino Pérez (ACS) y Luis del Rivero (Sacyr) se reunieron durante una hora en el palacio de la Moncloa con Zapatero y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para buscar soluciones a una crisis ocasionada por los múltiples incidentes registrados en un tramo de obra adjudicado a otra constructora, OHL.
El PSOE ha colgado el cartel de «Disculpen las molestias». Es hora de repartir las culpas. Está cansado de aparecer como el único malo en la película del caos que se está produciendo en las obras de acceso del AVE a Barcelona y ayer se lo hizo saber de manera pública al PSC. A las filtraciones de primera hora de la mañana sobre el malestar existente entre ambas organizaciones, siguió la rueda de prensa habitual de los lunes, tras la reunión de la Ejecutiva Federal. En ella, cuenta ABC, el secretario de Organización, José Blanco, dejó claro que «nada de rivalidades entre Administraciones o de echarnos la pelota unos a otros». «El Gobierno de España -enfatizó- colaborará con el de Cataluña y con los ayuntamientos para resolver la situación en beneficio de los ciudadanos. La responsabilidad es del Ejecutivo de España, pero la labor es de todos».
Las palabras de Blanco llegan después de que el presidente del Gobierno y él mismo se desayunaran el pasado viernes con revelaciones periodísticas sobre una conversación telefónica que mantuvieron el jueves Zapatero y el presidente de la Generalitat, Josep (sic ABC) Montilla. En esa conversación, Montilla le habría dicho: «Esto no puede seguir así», en clara alusión a la necesidad de que ruede la cabeza de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Blanco parece haberle respondido: «Si el AVE nos hunde, que nos hunda a todos».
