Juan Cruz Osta (PD).- Esta mañana se encontraba José Blanco con algo que decir y sin ningún micrófono delante. Y ha caído en que tiene un blog. Tras la multitudinaria presentación del último libro de Aznar, donde el ex presidente da su punto de vista sobre «las ideas y valores» que debe de tener «un joven español«, Pepín arremete. Ya vele, le dice, de dar «lecciones magistrales de patriotismo y de historia«. Para eso ya está Pepiño.
Fue el centro de la noticia este lunes por la tarde. El ex presidente del Gobierno, ante todos los nombres potentes en el PP, hacía una declaración de principios que deberían guiar, según él, la actuación de cualquier político español.
Ante un auditorio al rojo vivo, en el Hotel Intercontinental de la Castellana de Madrid, Aznar desgranó una a una las características que debe tener un líder político. La antítesis de lo que representa para él José Luis Rodríguez Zapatero.
Y ya está la respuesta. Como no podía ser menos viene de la mano de José Blanco, azote del PP y sobre todo de José María Aznar. Sin desdecir ni uno de los planteamientos «de filosofía política«, tal y como los definió el profesor Standley Payne, el Secretario de Organización del PSOE escribe en su blog lo que sigue:
«Frente a visiones idealizadas del pasado que no están sustentadas en criterios historiográficos serios sobre la construcción de la nación, es mejor presentar la patria y la nación como el trayecto que se marcan unos ciudadanos para su futuro en común.
Mejor que usar la imaginación para idealizar el pasado y poder manipular el presente, es usar esa creatividad para plantear un proyecto de futuro que en definitiva es la mejor definición de patria.
Aznar ha vuelto a perder otra oportunidad para avanzar en la patria del futuro en su nuevo libro: prefiere dividir el presente usando torticeramente el pasado común de los españoles, pretendiendo darnos lecciones magistrales de patriotismo y de historia.
No señor Aznar, los españoles preferimos decir la verdad sobre el pasado y sobre todo imaginar el futuro».
Todo un tratado de «filosofía política«. ¿No?
