El último desfile hacia el Valle de los Caídos

El último desfile hacia el Valle de los Caídos

(PD/Agencias).- Ha sido el último desfile. Habrá más, pero no serán iguales. El sábado por la noche, en silencio como han hecho todos los años desde hace cinco décadas, han marchado desde Madrid hasta el Valle de los Caídos, para recordar así a Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera.

Tres días antes del 20-N, la Falange ha organizado una comitiva fúnebre por el centro de Madrid, hasta el santuario franquista.

La marcha, prohibida por el Gobierno pero luego autorizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, salió a las 22.30 de la calle Génova, y ha atravesado los barrios de Malasaña, Chueca, Argüelles y Moncloa. En cualquier caso, esta manifestación es la última en la que se utiliza el Valle de los Caídos con fines políticos.

Y es que, mientras la Falange marchaba hacia el Valle, la Ley de Memoria Histórica da sus últimos pasos antes de convertirse en norma. Este texto, todavía en trámite parlamentario en el Senado, proscribe «estrictamente» el uso del Valle de los Caídos para fines ideológicos.

«En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del Franquismo».

MISA EN LA BASÍLICA

Horas antes de este acto, unas 1.500 personas, según cálculos de Patrimonio Nacional, asistieron en la Basílica del Valle de los Caídos a la misa anual con la que la Fundación Francisco Franco conmemora el aniversario de la muerte del dictador y de Primo de Rivera.

Aunque la jornada transcurrió sin incidentes en el Valle de los Caídos, se escucharon antes y después de la misa insultos hacia el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

El PSOE y el PP, el ex dirigente comunista Santiago Carrillo y los inmigrantes, sobre todo los marroquíes, fueron también objeto de las iras de los fieles a Franco y al fundador de la Falange.

EL DOMINGO EN LA PLAZA DE ORIENTE

Medio millar de personas se han concentrado en la Plaza de Oriente de Madrid para recordar y rendir homenaje a Francisco Franco y al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, en un acto en el que expresaron además su «indignación y repulsa» por la Ley de memoria histórica.

Convocados por la Confederación Nacional de Combatientes, los asistentes gritaron a favor de Franco y Primo de Rivera, en contra del Rey y del presidente del Gobierno, y corearon en varias ocasiones «Carrillo, asesino».

Durante la concentración ondearon decenas de banderas pre-constitucionales y numerosas personas vestían camisas azules, portaban brazaletes con los colores de la bandera y boinas rojas.

El acto transcurrió sin incidentes y durante el mismo intervinieron, entre otros, el fundador de Fuerza Nueva, Blas Piñar, su nieto Miguel Menéndez Piñar y el falangista Emilio Mariat, quienes denunciaron que se pretendan ilegalizar estos actos y a las formaciones políticas que los apoyan.

Denuncian el «régimen»

Blas Piñar confió en que éste no sea el último año en que las autoridades «del régimen» permiten la celebración un de un acto de fidelidad «a un hombre, caudillo victorioso de una cruzada contra el comunismo» y mantuvo que Franco sacó a España de la miseria.

Lamentó que en la actualidad se pueda «blasfemar, legislar contra natura, quemar banderas y pedir la fragmentación de España», y dijo que homenajear a Franco o a Primo de Rivera no debe convertirse en un acto triste o nostálgico sino ser «un acicate para el futuro».

Su nieto Miguel Menéndez Piñar reivindicó «la verdadera memoria histórica», criticó a la «izquierda revanchista» y denunció también la complicidad del PP.

Como su abuelo, Menéndez Piñar se refirió a la Guerra Civil española como una «guerra de liberación» y una «cruzada», y advirtió contra los intentos de alterar, reformar o modificar el Valle de los Caídos; «Si así fuera encontrarían un puñado de hombres arengados por la consigna eterna: ¡Religión y Patria, o muerte!», dijo.

Arremetió también contra el Rey, a quien se refirió como «el usurpador real», y concluyó su discurso haciendo un llamamiento a los asistentes: «sonará de nuevo el clarín de llamada y convocatoria, y nos alzaremos por la fe y por la patria».

El acto fue bendecido por un sacerdote polaco, presentado como el «padre Francisco», quien invitó a los convocados a rezar varias oraciones y que tras elogiar la figura de Franco y de José Antonio, por quienes expresó su respeto y admiración», arremetió contra el «Zapatero polaco», del que dijo que es «un masón de tercera que se romperá los dientes intentado triturar la Polonia católica».
RENACER DEL EXTREMISMO

Esta sábado estaban convocadas dos manifestaciones en Madrid, una de extrema izquierda y otra de extrema derecha. Esta segunda al final no se celebró.

Varios cientos de personas, unas 2.000 según los convocantes y 500 según la Policía, acudieron a la concentración convocada a través de Internet por «Asambleas e individualidades antifascistas» en la Puerta del Sol, en repulsa por el asesinato de un joven el día 11, que transcurre sin incidentes.

Por el contrario, en la Red de San Luis, a pocos centenares de metros en la confluencia de Gran Vía con Montera, donde el partido ultraderechista Alianza Nacional había convocado otra concentración, en este caso contra la inmigración y no autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid, no fue celebrada.

A la vez que la de Madrid, en Barcelona se celebraba otra concentración con el mismo objetivo.

Diez Mossos terminaron heridos y detenidas 7 personas en la marcha. Este ha sido el balance de los enfrentamientos que se profujeron este sábado en el centro de Barcelona entre la policía catalana y algunos grupos de manifestantes que protestaban contra el asesinato de un joven en Madrid a manos de un grupo ultraderechista.

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