(PD).- Fechas entrañables, la gente vuelve con ganas a su casa o marcha de su localidad habitual a ver a sus seres queridos que viven en otras ciudades… Si Magdalena Álvarez les deja. A los ya habituales desastres, retrasos, malos servicios de los nuevo AVE, se suma ahora la «broma» de hacer bajar a los pasajeros a 5 km. de la ciudad de destino -Segovia-, en un descampado. Los sufridos usuarios, claro, se han amotinado. Ya vale de tanta «broma» de Maleni.
Ha sido el primer motín de pasajeros. El colocar la estación de AVE de Segovia en medio de un prado a más de 5 km de la ciudad sólo podia ocasionar que la gente cuando se bajara del tren se quedase tirada. Sin autobuses ni taxis. Lo que debía ser un apacible día de asueto comenzó con mal pie. Cuando los viajeros, la inmensa mayoría madrileños, bajaron de sus respectivos trenes se encontraron con que sólo un autobús urbano estaba disponible para cubrir el trayecto que enlaza la estación Segovia-Guiomar con el centro.
Más por desgracia que por suerte, las previsiones se desbordaron y dejaron en evidencia la falta de servicios y líneas de transporte suficientes para cubrir la distancia existente entre la estación Segovia-Guiomar y la ciudad del Acueducto, según informa el Norte de Castilla.
Muchos madrileños y vallisoletanos madrugaron en la jornada para pasar el día en la capital. Hacia las nueve de la mañana, dos trenes AVE, uno procedente de Madrid y otro de Valladolid, llegaban casi al mismo tiempo al apeadero situado en las cercanías de la ermita de Juarrillos, a cuatro kilómetros del centro urbano de la capital segoviana.
Cuando los viajeros, la inmensa mayoría madrileños, bajaron de sus respectivos trenes se encontraron con que sólo un autobús urbano estaba disponible para cubrir el trayecto que enlaza la estación Segovia-Guiomar con el centro urbano de la ciudad.
