(PD).- El PP ha denunciado el apagón en La Moncloa sobre los incidentes en el partido entre el País Vasco y Cataluña, precedido por el desafío nacionalista de José Montilla y Emilio Pérez Touriño.
El portavoz de Deportes del PP, Francisco Antonio González, denunció el «silencio sepulcral» del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ante «las provocaciones de los nacionalistas en el mundo del deporte», la última de ellas el partido del sábado en Bilbao entre las selecciones vasca y catalana. Del mismo modo, los populares catalanes acusaron al PSC de «fomentar la animadversión de los catalanes hacia el resto de España» tras la firma de la Declaración de San Mamés en la que se reclama que las comunidades autónomas vasca, catalana y gallega participen en competiciones internacionales.
El vicesecretario general del PP catalán, Xavier García Albiol, aseguró que, con la firma de esta declaración institucional, «el PSC se ha sacado la careta y ha puesto de manifiesto que es un partido que comparte los mismos objetivos que ERC». A su juicio, con iniciativas de este tipo «el PSC y José Montilla no hace más que fomentar la desafección de los catalanes hacia España, que tanto dice que les preocupa».
El dirigente del PP afirmó que el discurso del vicepresidente Josep Lluís Carod-Rovira del sábado en San Mamés «da carácter oficial a las reclamaciones de los independentistas catalanes, que tienen la voluntad de que los deportistas catalanes dejen de jugar con las selecciones».
A la hora de la firma en San Mamés, Carod-Rovira había descartado que el acuerdo alcanzado pueda suscitar recelos entre sus socios de Gobierno ya que «no hacemos más que cumplir con aquello que establece la ley», en referencia al nuevo Estatut. Así, insistió en que se trata de un acto «legítimo» que asume con «toda la convicción, ilusión y pasión».
Durante el partido disputado el sábado en San Mamés entre la selección catalana y la vasca (denominada por primera vez Euskal Herria, por oposición al Euskadi utilizado hasta ahora) se quemó una bandera española, una pancarta con la senyera llevaba la inscripción Puta Espanya, se mostraron otros a favor de los presos de ETA y alguna pancarta recordaba, a modo de amenaza, los nombres de jugadores vascos y catalanes que juegan en la selección nacional. Además se mostró en el terreno de juego una pancarta en vasco y catalán con la leyenda Una nación, una selección, ante un palco de autoridades donde estuvieron Carod-Rovira y Juan José Ibarretxe, y también el líder de CiU Artur Mas.
Antes del encuentro había tenido lugar una manifestación en Bilbao con idéntico fin, y la firma de la Declaración de San Mamés en favor de que las selecciones autonómicas compitan como si fuesen nacionales. Rubricaron el acuerdo la consejera de Cultura y portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate (PNV), la de la Xunta de Galicia, Ánxela Bugallo (BNG), y el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), lo cual compromete de manera directa en el proyecto a los socialistas José Montilla y Emilio Pérez Touriño (pues se trata de consejeros de sus gobiernos) y por tanto a José Luis Rodríguez Zapatero, y de manera indirecta a Patxi López, quien al apoyar los presupuestos vascos se ha convertido de facto en socio de gobierno del lendakari.
