(EFE/PD).-Ya sea Venezuela o Marruecos, la diplomacia de Moratinos y Zapatero se resume en colocar la otra mejilla para recibir el bofetazo. No importa de quién venga el desplante, Exteriores siempre termina dando la imagen de que los intereses que mejor defiende son los de otros y no los propios. Ahora se trata de que Mohamed VI no se enfade por la visita del Rey a Ceuta y Melilla y recuperar «lo más rápidamente posible» las relaciones bilaterales.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, que ha viajado este jueves a Rabat, ha entregado a su colega marroquí, Taib Fassi Fihri, una carta de Jose Luis Rodríguez Zapatero dirigida al soberano marroquí Mohamed VI, con el propósito de recuperar «lo más rápidamente posible» las relaciones bilaterales.
No obstante, ni él ni el ministro marroquí indicaron cuándo regresará a Madrid el embajador de Marruecos en España, Omar Azziman, llamado a consultas el pasado mes de noviembre, después de que se anunciara la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla.
El ministro marroquí dijo que la decisión del retorno del embajador está en manos del monarca quien «decidirá en función del contenido» del mensaje entregado por Moratinos.
La visita real a las dos ciudades autónomas españolas del norte de África, cuya soberanía reivindica Marruecos, desató una crisis en las relaciones -reconocida por el Gobierno de Rabat, que en las últimas semanas rebajó el tono de su enfrentamiento por esta cuestión con Madrid- cuya resolución está pendiente del regreso de Azziman a la capital española.
El ministro español explicó que la cuestión de Ceuta y Melilla «es un tema que ha estado presente en la reunión, pero hay posiciones divergentes y son conocidas».