(Agencias / PD).- Aznar está dispuesto a arrimar el hombro en la campaña. El ex presidente ha terciado en la polémica por el «regalito» de ZP a los contribuyentes y le ha acusado de utilizar «viejas prácticas caciquiles» al recurrir a «las compras de votos en unas elecciones«. Además, censuró que «los políticos que se proclaman de izquierdas» hayan «iniciado una cruzada» contra el principio de igualdad y hayan «triturado el principio de solidaridad«.
Durante la inauguración de unas jornadas dedicadas al pensador liberal Isaiah Berlin, el ex presidente aprovechó su discurso para criticar algunas de las medidas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero pese a haber dicho no entender «nada» de política cuando fue preguntado a su entrada por las últimas promesas electorales.
«Quién les iba a decir a los antiguos socialistas, antiguamente españoles y hoy, digamos, sumidos en la pluralidad; que al final sus grandes ofertas las iban a encontrar en las viejas prácticas caciquiles de Romero Robledo o del Conde de Romanones o de tantos otros con las compras de votos en unas elecciones», enfatizó durante su intervención.
El presidente de Faes se refirió además a «hechos tan insólitos» como que «los políticos que se proclaman de izquierdas» hayan «iniciado una cruzada contra el principio de igualdad y hayan triturado el principio de solidaridad». Según criticó, estos «ataques» no se han realizado, «siquiera», en defensa de la libertad. «Porque estrechar la mano que acaba de apretar un gatillo y negociar políticamente con terroristas que ponen encima de la mesa su pistola humeante no es otra cosa que sacrificar el valor supremo de la libertad», subrayó.
En este contexto, aludió también a la reforma de los estatutos de autonomía, «que reinstauran los privilegios territoriales y aniquilan el principio de igualdad de derechos ante la ley»; o la derogación del Plan Hidrológico Nacional, respecto al que criticó que se prefiera que el agua acabe en el mar para «poblar el litoral español de fábricas productoras de dióxido de carbono». Por ello, acusó a los socialistas de erigirse «en adalides» de la lucha contra el cambio climático» y aspirar a «repartir carnés ecologistas en régimen de monopolio».
UTILIZACIÓN POLÍTICA DE LA HISTORIA
Así mismo, censuró la creación de agencias tributarias regionales «encaminadas a evitar la redistribución de la renta a favor de quienes menos tienen» y rechazó también «ejercicios de utilización política de la historia» como, a su juicio, es la denominada Ley de la Memoria Histórica.
Aznar hizo estas consideraciones durante un discurso en el que desgranó el pensamiento de Berlin, del que dijo hacer suyo «lo fundamental» como «la gran mayoría de los liberales de hoy». Así, recordó que el filósofo letón «demostró que las ideas son importantes e influyen decisivamente en la conducta de los individuos» y demostró que los valores positivos anhelados por los seres humanos «no son todos ellos compatibles entre sí».
«Para un político liberal es esencial transmitir a los ciudadanos que cada individuo es libre y responsable, con capacidad de ejercicio moral, y que su libertad es su mayor tesoro», continuó tras insistir en que la tolerancia y el pluralismo político constituyen, «más que imperativos morales, necesidades prácticas para la supervivencia de los seres humanos».
