(PD).-El «corazón de Europa», aquel al que ZP prometió devolvernos, se volcó con la candidatura de Mariano Rajoy durante un acto celebrado en París. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy le desearon suerte en la capital francesa donde le arroparon incondicionalmente. Y le invitaron a subir al escenario para hacerse la foto que hubiera querido Zapatero. La Europa desarrollada, liberal y moderada, ve en el líder del PSOE un ejemplo de la izquierda anacrónica y trasnochada relegada al pasado.
El líder del PP se sumó a la clausura de un debate sobre el futuro de la UE organizado por la formación política que lidera Sarkozy, Unión para un Movimiento Popular (UMP). Fue en este escenario donde el mandatario francés dijo desear «un gran éxito» electoral a la persona con quien comparte familia política europea. También lo hizo Merkel al expresar su anhelo de que el PP «va a volver al Gobierno, cosa que deseo y apoyo con todo el corazón», al tiempo que se refirió a Rajoy como su «amigo».
Zapatero no pinta nada para los Big 4 europeos, como ayer hacía notar Pizarro en Londres. Mientras Europa está preocupada por la inestabilidad financiera de la UE, las prioridades de Zapatero, como bien señala M. Martín Ferrand en ABC, son otras más ideologizadas:
«No tienden a coincidir con las de sus colegas europeos y, entregado a la justicia histórica, la paridad y la redención de los menesterosos del tercer mundo -inmejorable causa para otra responsabilidad-, no reconoce lo que se nos viene encima y parece dispuesto a vender su alma al diablo por un puñado de votos que le permitan seguir ejerciendo como gran fantasmón de La Moncloa».
«Querido Mariano, te deseo un gran éxito en las próximas elecciones»
Después de acto, que Rajoy calificó de «muy satisfactorio», Sarkozy recibió a Rajoy en el palacio del Elíseo. A la salida, el líder de PP insistió en algunas de las ideas que ya había expresado a mediodía, durante su intervención en la convención de la UMP. Destacó como cuestiones más importantes la situación económica y la inmigración. «Nosotros fuimos muy reformistas en política económica y en estos cuatro últimos años de estancamiento se ha parado el sistema de reformas. La próxima legislatura debe ser de muchas reformas», dijo.
Regulaciones masivas
Asumida la inmigración como uno de los grandes retos a que debe enfrentarse la política europea, Sarkozy denunció que «asistimos a regularizaciones masivas sin que se nos pida nuestra opinión, y esta no es la Europa que quieren los europeos, hay que preguntar a los vecinos». El líder francés, que planteó esta cuestión como uno de los ejes de la presidencia francesa de la Unión junto a cuestiones como la política de seguridad y de defensa común o la agricultura, defendió la necesidad de alcanzar un pacto europeo de inmigración, de tal modo que «cuando un país acepta un refugiado político, eso deber servir para todos los países, y cuando lo rechaza, también».
También marcó distancias con respecto a España y a otros países de la Unión (incluido el propio Rajoy) cuando abogó por excluir a Turquía de la UE -«quiero ser amigo de Turquía, pero no tiene sitio en la familia europea», dijo tajante- o cuando apeló a las raíces cristianas de Europa. En este sentido, dijo que «ha sido un error negar unas raíces evidentes y que no se nos diga que ponemos en peligro la laicidad» de la que hace gala la República francesa, «basta con sobrevolar Francia y ver todos los campanarios», agregó.
Zapatero, de campaña por Madrid
Mientras Europa vitoreaba a Rajoy, Zapatero hacía campaña en Madrid, donde ha prometido un ‘gran plan’ de Cercanías para Madrid que supondrá 150 nuevos kilómetros con 5.000 millones de euros de presupuesto, y su apoyo a la candidatura de la capital para albergar los Juegos Olímpicos de 2016 con las inversiones ‘que sean necesarias’.
Zapatero ha asumido estos dos compromisos durante la presentación de la candidatura del PSOE por Madrid, lista de la que ha destacado especialmente a su número dos, Pedro Solbes, al que ha calificado como el hombre a quien todos confiarían la gestión de su patrimonio.
