¿Qué llevaba apuntado en la chuleta la ministra Carmen Chacón?

(PD).- Mucho está dando que hablar la chuleta de la ministra de Vivienda en TV3. Qué llevaba escrito Carmen Chacón y si era tan difícil como para tener que apuntárselo y no aguantarlo en la memoria es el chascarrillo en los mentideros madrileños. Pero, ¿acaso no llevaba Churchill también una chuleta cuando pronunció su famoso «sangre, sudor y lágrimas»?

Carlos Herrera ironiza en ABC sobre la chuleta de Carmen Chacón:

«No he conseguido saber lo que llevaba Carmen Chacón apuntado en su mano a modo de chuleta en la entrevista televisiva de la otra noche, pero que una ministra del Gobierno de España anote en su piel, en su delicada piel, una idea sublime al fin de no olvidarla en una comparecencia pública se me antoja un hecho tan incontrovertible como enternecedor. ¿Era, acaso, la fórmula magistral de la gaseosa? ¿Era la declinación del Hic Haec Hoc, ahora que el latín está en el punto de mira de algunas organizaciones feministas por ser idioma machista inspirador de maltratadores? ¿Era el precio de los transportes públicos de Gerona? ¿Era el trazado del AVE bajo las tripas de la Sagrada Familia? ¿Qué podía llevar impreso en la palma de su mano la encargada de la felicidad inmobiliaria del pueblo español?»

Dice el locutor y periodista,

«Quien no haya utilizado legítimamente alguna vez una chuleta a modo de recordatorio en cualquier tipo de pruebas que levante la mano. No me culpen a la ministra de llevar notas de apoyo en comparecencias públicas. Si, además, se da el caso de que ella es «muy chuletera», según confesión pública, no veo el motivo de escarnio. Vas a una entrevista y quieres acordarte de todos los mensajes que intentas colocar. Normal».

Y concluye con humor:

«Los que censuran el apoyo estratégico de la ministra en un recordatorio de mano no saben que Kennedy llevaba escrito en la manga de su camisa aquél estentóreo «Ich bin ein berliner» pronunciado ante el ayuntamiento de Schönenberg, o que Churchill leía un cartel disimulado en el techo del parlamento británico cuando estremeció a su país con su célebre promesa de «Sangre, Sudor y Lágrimas». Parece mentira que no quieran acordarse de que a Martin Luther King le soplaron por un pinganillo aquello de «Ayer tuve un sueño» o que De Gaulle era incapaz de dirigirse a la nación si un apuntador no le soplaba los discursos que le había escrito su gabinete. ¡Cuánta mala idea hay en el patio patrio! Estrecho su mano, ministra. Por cierto ¿llevaba la chuleta en la derecha o en la izquierda?»

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