(PD).- El Partido Popular valenciano quiere demostrar su poder. Sabiendo el daño que el trasvase del Ebro ha causado a sus compañeros de Aragón, los de Camps están dispuestos a ir a por todas y que el PP incluya en su Programa Electoral este proyecto. ¿Es necesario entrar a estas alturas en disputas? ¿No sabe Camps que los resultados de Teruel suelen coincidir luego con lo que sale de las urnas en toda España?
Quizá ronde por la cabeza de Francisco Camps y Esteban González Pons que es hora de mostrar su fuerza y sacar tajada al respaldo que el Partido Popular consigue en las urnas por parte de los valencianos. Una Comunidad Autónoma que ha sufrido un despegue económico espectacular, que tiene como capital la tercera ciudad más importante de España, que cuenta con uno de los puertos mercantiles con más movimiento y que cuenta con dos provincias que se sitúan en lo más alto en nivel de vida, esta Comunidad Autónoma no cuenta con AVE, no destaca por sus grandes autovías,… Y que además puede sufrir falta de agua.
Todo eso ha podido ser el detonante para que Camps y su equipo hayan sacado pecho y hayan plantado este reto a Madrid, pasando por Aragón.
Ni siquiera el golpe en la mesa del secretario general del PP, Ángel Acebes, ha conseguido que el Partido Popular de la Comunidad Valenciana y el de Aragón llegaran a un acuerdo en la manera en la que hay que tratar el tema de aquí a las elecciones y, sobre todo, en cómo debe de aparecer en el programa electoral.
Acebes se reunió este martes por la mañana con el presidente del PP en Aragón, Gustavo Alcalde, la candidata por Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi, y el de Castellón y coordinador del Programa, Juan Costa, para tratar de parar este nuevo terremoto que se le avecina al partido de Mariano Rajoy, según informan fuentes del Partido Popular.
El encuento, pese a la insistencia de Acebes, no consiguió parir un acuerdo entre las partes.
En un alarde de fuerza, Francisco Camps se comprometió por su cuenta a que el programa electoral del PP lleverá una mención expresa al trasvase del Ebro. Esto cogió desprevenido tanto a los líderes de Génova como a los populares aragoneses, cuyo presidente, Gustavo Alcalde, amenazó con dimitir si Camps se salía con la suya.
La brecha ya está abierta. Y cada vez falta menos para elecciones.