(PD).- Por la boca muere el pez. Y Felipe González, que tanto alaba el talante de Zapatero y tanto critica la «dureza» del PP, se ha despachado a gusto. En un mitin, sudoroso, con las venas del cuello hinchadas y la voz ronca, ha calificado de «imbécil» a Mariano Rajoy.
El ex presidente socialista, que dejó La Moncloa salpicado por los asesinatos del GAL y abrumado por la corrupción, ha manifestado que afirmar ser «más moderado y razonable» que Zapatero, como hizo recientemente el candidato a la Presidencia del PP, «sólo se le ocurre a un imbécil».
«No creía lo que veía. No creía que alguien pueda decir de sí mismo soy más inteligente, más moderado y más no sé qué que Zapatero, aunque fuera verdad… Eso sólo se le ocurre decir a un imbécil».
» Rajoy insulta y menosprecia a Zapatero, algo para lo que tiene «buena escuela, porque el anterior (en referencia a Aznar) decía ‘el milagro soy yo’ y corría buscando, cuando tenía un apuro, a su primo ‘Tony el del Zumosol’ para que lo defendiera».
LA TENSIÓN QUE QUERÍA ZAPATERO
Zapatero ha encontrado ya a la persona adecuada para aplicar el guión de campaña que él mismo escribió. «Nos hace falta tensión» y «vamos a dramatizar».
Dicho y hecho, Felipe González ha reaparecido en escena para movilizar a esos votantes tradicionales de la izquierda que se resisten a acudir a las urnas si no es movidos por el odio o el miedo a la derecha.
El ex presidente tiene una agenda de campaña más propia de un candidato que de un político «jubilado», que es como se define a sí mismo.
González ha vuelto por donde solía, al insulto y la descalificación del oponente, que fue la característica principal de su ocaso como gobernante y de los años posteriores a abandonar La Moncloa, tras perder las elecciones del 96.
Los mítines del ex presidente van orientados a excitar las bajas pasiones del electorado socialista, repitiendo sus gracietas contra Pedrojota o contra Federico Jiménez Losantos a quien llama siempre «Losdemonios».
En Extremadura se refirió a Aznar como «Doña Cuaresma con bigotes» y dijo que «la derecha debe perder porque si no, seguirán jodiendo la marrana».
Si todos estos exabruptos fueran lanzados por decisión propia, el asunto no tendría más trascendencia que la creciente degradación del personaje. Lo grave es que detrás de esas descalificaciones está Zapatero, que desveló su estrategia sin querer antes de comenzar la campaña.
El presidente y candidato socialista ha alabado reiteradamente a González en estos días por su prestigio como responsable del consejo de sabios de la UE y por sus políticas «progresistas», obviando los escándalos de corrupción y la guerra sucia que jalonaron su gestión de gobierno y por los que perdió las elecciones.
Lo bochornoso es que Zapatero legitime y no desautorice las palabras de González y encima diga, como ayer en La Coruña, que va «hacia la victoria sin insultos».
Y, además, resulta preocupante que resurjan en el PSOE algunas de las prácticas del felipismo, como la utilización de los medios del Estado en beneficio del partido -caso de los informes pedidos por Solbes contra el PP-, la escandalosa y costosa reforma del piso del ministro de Justicia o la adjudicación por parte de Manuel Chaves a un ex socio de Juan Guerra de la exclusiva de las papeletas para las elecciones en Andalucía.
Hasta el día 9 no sabremos si la resurrección de González, inspirada por Zapatero, es eficaz para movilizar a los votantes socialistas. Lo único claro es que, de momento, está sirviendo para ensuciar la campaña.
‘Mi amigo Serrat’
Según González, Rajoy «ahora se mete con los artistas» y, especialmente, con su «amigo» Joan Manuel Serrat»:
«Dice que los artistas no trabajan, que se levantan tarde, pero en un mes Serrat trabaja más que Rajoy en ocho años como ministro».
También una crítica al Gobierno socialista, del que reconoce que «ha hecho muchas cosas» aunque «no muy bien explicadas», y se ha lamentado de que han «dejado la iniciativa a la derecha mucho tiempo».
En este sentido, ha defendido que Zapatero ofreciera diálogo en materia antiterrorista y ha pedido a sus compañeros de partido que digan que «cuando Aznar ofreció a ETA negociar, no la llamó organización terrorista, sino Movimiento Nacional de Liberación Vasca, y planteó un diálogo sin condiciones», lo que cree «un disparate».
‘Rajoy, tanto monta’
En cuanto a la inmigración, ha señalado que el «contrato de costumbres» [en referencia a la propuesta del PP] ya lo inventaron los Reyes Católicos y que cada país «no puede tener una política migratoria distinta».
Esta misma idea la ha empleado el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, en un mitin en A Coruña con Zapatero. «Es clavadito, igualito. [La Reina] Isabel procuraba la unificación de España bajo un dogma único, le sabía mal la pluralidad y a Rajoy le gusta la España monolingua y uniformada», ha dicho el político gallego. «Tanto monta, monta tanto Rajoy como Isabel», ha propuesto como lema para el PP.
«La Reina Católica obligaba a la conversión obligatoria de los judíos para no expulsarlos de España. Es el precedente del contratao de inmigración que ahora propone Rajoy», ha remarcado Pérez Touriño, quien añadió: «No sigo porque si no tendría que acabar hablando de la Inquisición y no quiero hablar ni de los obispos, ni de la Cope».
Entre tanto, Zapatero repitió en el mitin que las elecciones generales «las van a ganar quienes no insultan».
Acébes: ‘Es patético’
Al hilo de las declaraciones de González sobre Rajoy, el secretario general del Partido Popular, Ángel Acebes, ha asegurado durante su visita a Ciudad Rodrigo (Salamanca) que «es patético ver a este pobre hombre instalado en el rencor y que ha quedado reducido a hacer el trabajo sucio de Zapatero».
Para el secretario general del PP, «González sigue sin superar que el PP ganó las elecciones por el paro, el despilfarro y la corrupción del Gobierno de Felipe González».
«Ha estado a la altura de su trayectoria como gobernante y es el patético final para un ex presidente del Gobierno, donde Zapatero le manda dramatizar y él acata insultando al candidato del Partido Popular».
