El etarra que ordenó asesinar a Isaías se sentó a negociar con el Gobierno ZP

El etarra que ordenó asesinar a Isaías se sentó a negociar con el Gobierno ZP

(PD).- Francisco Javier López Peña, alias «Thierry», desplazó a Josu Ternera antes del atentado de la T-4 de Barajas. Los atentados contra políticos los decide el comité ejecutivo que dirige. Y fuél, que estuve sentado negociando con Gobierno ZP durante el malhadado «proceso de paz», quien ordenó asesinar al ex concejal Isaías Carrasco.

López Peña, a quien las Fuerzas de Seguridad describen como «un tipo paranoico obsesionado por la seguridad lo que, paradójicamente, le convierte en un tipo más inseguro que tiene razonamientos coléricos», fue uno de los etarras que se sentó a negociar con los enviados del Gobierno ZP quince días antes del atentado de la T-4.

«Thierry» logró confundirse con el paisaje durante muchos años, sin que se le otorgara un papel relevante. Fue en plena tregua cuando se hizo relevante, tras desplazar del poder al siniestro Josu Ternera.

Fue el autor, en agosto de 2006, del comunicado que advertía al Gobierno español de la «crisis» del proceso. Radical como el que más, sostiene la tesis de que sólo matando conseguirán sus objetivos los etarras y que el PSOE, presionado, terminqará cediendo.

EL VERDADERO JEFE DE LA NUEVA ETA

Tiene 49 años de edad y aspecto de honrado padre de familia, pero en realidad es el responsable de que ETA decidiera poner punto y final al «alto el fuego permanente».

Francisco Javier López Peña -nacido en la localidad vizcaína de Galdakao el 30 de mayo de 1958 y conocido por los alias de Bartolo, Zulos, Pierre, Marcel y Thierry- es señalado por los expertos antiterroristas como el etarra que, desde la jefatura del aparato militar, impuso la ruptura del proceso de paz.

Thierry estuvo en las dos reuniones clave entre el Gobierno y la banda. La de mediados de diciembre, en la que por primera vez no estuvo el hasta entonces considerado número uno de la organización, José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera. Y en la última, la de mayo, en la que López Peña fue el miembro de la delegación etarra que llevó la voz cantante.

Tras la primera, ETA colocaba la furgoneta bomba que reducía a escombros el aparcamiento de la T-4. Poco después de la segunda, la banda hacía público el comunicado del fin la tregua. De ambas decisiones, Interior responsabiliza a Thierry.

Un rostro desconocido

Su presencia en ambos encuentros sorprendió entonces a los emisarios del Ejecutivo, ya que su relevancia no había sido detectada por los servicios de información y su rostro ni siquiera era conocido.

De hecho, las primeras imágenes que se hacen públicas del actual hombre fuerte de ETA son las que reproduce este diario.Y ello a pesar de que los expertos antiterroristas le sitúan en la banda desde 1980, cuando participó en el frustrado asalto a la cárcel de Basauri para liberar a varios presos, entre los que se encontraba Arnaldo Otegi. Tres años después, era detenido en Francia -la única caída que consta en su historial policial-, tras lo cual pasó a la clandestinidad.

Desde 1993, la Policía le sitúa en la cúpula etarra como responsable de zulos. Ligado sentimentalmente a la abogada Yolanda Molina, defensora de etarras en Francia, durante un tiempo se refugió en Cuba.

A su vuelta de América, se incorporó a la dirección de la banda, primero como responsable de los grupos de reserva y, más tarde, como responsable de cursillos. Desde ahí, se aupó a la jefatura del aparato militar a comienzos de 2006 para relegar pronto a Josu Ternera a un segundo plano. Ahora, Thierry es el objetivo número uno de la Policía.

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