(Agencias / PD).- El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha informado que llamó a José Luis Rodríguez Zapatero la noche electoral, y le transmitió que la «agenda está abierta» y, tras indicar que están «condenados a entenderse», aseguró que cree «posible» un acuerdo.
En una entrevista a Radio Euskadi, ha advertido de que «si la mano tendida se rechaza» seguirá adelante y se consultará a la sociedad. «La respuesta de la sociedad vasca será clave para desbloquear de una vez y para siempre el problema que llevamos a cuestas desde hace tanto y tanto tiempo», agregó. Ibarretxe indicó que, si el Parlamento, dice «no» a dar la palabra a la sociedad vasca, lo acatará y convocará elecciones.
Ibarretxe se ha mostrado convencido de que 2008 es el año del «desbloqueo político», por lo tanto «un año importante para la consecución de la paz, de acuerdos políticos, para convivir entre Euskadi y España, y un año para seguir gobernando».
Ibarretxe ha indicado que, en esa primera conversación con Zapatero tras la victoria del PSOE en las elecciones, le felicitó y ha señalado que no es una llamada de trámite porque conoce al líder de los socialistas «desde hace mucho tiempo».
El lehendakari le trasladó su disposición «abierta» al acuerdo y que su mano «va a estar absolutamente tendida» en los próximos meses y hasta junio, cuando se celebrará en el Parlamento vasco el pleno anunciado por Ibarretxe.
Ha añadido que su predisposición es «abierta» y que parte del hecho de que «necesitamos un acuerdo, queremos un acuerdo» y, a su juicio, «un acuerdo es posible». «Cuando uno va a negociar, tiene que ir con una mente abierta», señaló.
Posible negociación
El lehendakari ha afirmado, en relación a una posible negociación, que cuando uno va a negociar tiene que mostrar «apertura». «Zapatero ha estado negociando con ETA hace cinco meses el derecho a decidir del pueblo vasco, pues si ha estado negociando con ETA por qué no lo va a negociar con el lehendakari, por qué no lo va a negociar con las instituciones vascas», señaló.
Ibarretxe ha aseverado que espera llevar al Parlamento vasco el pacto alcanzado con el presidente del Gobierno para que la propia Cámara vasca lo ratifique y que ese acuerdo ratificado sea sometido a una consulta de la ciudadanía vasca formulada de forma conjunta por parte del lehendakari y el presidente español. En este sentido, manifestó que, «en eso» va a trabajar «intensamente» en los próximos meses.
El lehendakari ha explicado que, si no se puede llevar un pacto al Parlamento, se presentará una petición de solicitar «dar la palabra a la sociedad vasca para que se posicione sobre dos materias».
Esos dos aspectos serían, por una parte, decirle a ETA, a partir de la convicción de que la violencia «se ha terminado para siempre», que se debe abrir un proceso de final dialogado de la violencia. En segundo lugar, dar un mandato a los partidos políticos para que, en un plazo determinado, y antes del 2010, se ponga sobre la mesa un acuerdo democrático».
Debate sobre la consulta
A su juicio, el debate se está centrando únicamente en la consulta, cuando el primer paso de su propuesta es la negociación. Ibarretxe indicó que la consulta a la sociedad, que no niega nadie, ningún partido», es el «tercer paso» de la agenda política y primero hay que cubrir los otros.
Por otra parte, respecto a la advertencia que realizó el líder del PSE-EE Patxi López, de que cualquier pacto con el PSOE pasa por la retirada de su propuesta, afirmó que «no sé si es bueno empezarle diciendo al otro, oiga si usted retira todas sus ideas, estoy dispuesto a hablar con usted».
Ibarretxe indicó que ellos no van a pedirle al PSOE, ni al PSE-EE, ni a Zapatero, que «retire nada», ni que piensen «de manera diferente». Su objetivo será, según manifestó, buscar un pacto político porque lo que está en juego es la «situación de un sociedad vasca que quiere la paz, que tiene conciencia de tener personalidad». El presidente del Gobierno vasco aseguró que quieren profundizar en la identidad y en el autogobierno «para vivir mejor, no es para chillar con Madrid».
El lehendakari ha dicho que no comparte las ideas del Partido Socialista pero «las respeta». A su juicio, expresar ese respeto es un «buen comienzo» para una negociación.
