El 9-M dinamita la «entente cordiale» en el PPC y pone a Sirera en apuros

(PD).- Los 17 escaños que les separaron de los socialistas catalanes hicieron que algunos cuestionaran su liderazgo en una tensa reunión el lunes. Parece que Sirera ha sabido resolver la papeleta.

Las aguas bajan revueltas en el seno del PP de Cataluña. Los discretos resultados cosechados la noche electoral -ocho escaños, y uno de ellos no es definitivo- han dado pie a los críticos con la gestión de Daniel Sirera para alzar la voz. Máxime cuando una diputada del prestigio de Alicia Sánchez-Camacho se ha quedado sin hueco en el hemiciclo, puesto que el PPC no ha obtenido ni un parlamentario en Gerona, circunscripción que ella encabezaba.

En ese grupo de críticos se encuentran los hermanos Fernández Díaz. El lunes se produjo el primer episodio de este cruce de reproches. Los populares catalanes celebraban su Permanente para analizar los resultados de las elecciones generales. Por una parte el PP catalán ha logrado aumentar su cuenta en dos parlamentarios respecto a 2004. Pero a la vez han perdido más de 21.000 votos y la distancia con los socialistas catalanes es abismal, de 17 escaños. En ésas estaba Sirera, defendiendo sus méritos, cuando Alberto Fernández le echó en cara que se habían quedado muy lejos de la meta que se marcaron antes de las elecciones y le exigió responsabilidades. Su hermano Jorge mantuvo la misma tesis.

La historia viene de más lejos. Cuando el pasado mes de julio Josep Piqué presentó su dimisión al frente del PPC, el presidente del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Barcelona -Alberto- aspiraba a sucederle. Pero no fue el elegido. Por su parte, Jorge, que la pasada legislatura fue el secretario general del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso, luchó por hacerse con el número uno de la lista por Barcelona, pero finalmente fue relegado al segundo puesto, por detrás de Dolors Nadal.

Las declaraciones realizadas días atrás no contribuyeron precisamente a crear un buen caldo de cultivo. El día después de las elecciones, el ex portavoz popular en el Parlament, Francesc Vendrell, había dejado caer que Mariano Rajoy debía hacer dimitir «a unos cuantos», y añadió que el PPC «no entiende a Cataluña». Lo mismo que vino a decir el secretario general de los populares madrileños, Francisco Granados, cuando achacó la derrota de Madriano Rajoy a los «malos resultados» del partido en Cataluña. Como ellos, la diputada autonómica Montserrat Nebrera y el propio Jorge Fernández Díaz hicieron una lectura muy crítica de los resultados ante la prensa, con Sirera como telón de fondo.

El jueves por la tarde todos ellos se vieron de nuevo las caras en el Comité Ejecutivo del PPC, pero según fuentes de la formación la reunión fue «mucho más civilizada» en esta ocasión. Los populares catalanes no quieren que las rencillas les distraigan de lo que más importa ahora en el Partido Popular: el Congreso que celebrarán en junio, del que previsiblemente Rajoy volverá a salir elegido y al que mostraron su total respaldo. Así que, de momento, han envainado las espadas.

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