(PD).- El nombramiento de Soraya Sáenz de Santamaría como portavoz parlamentaria, la decisión de celebrar el congreso del PP en Valencia, el rumor de que Gallardón podría ser secretario general y el también rumor de que los populares de Madrid estarían preparando una candidatura alternativa… Estos fueron los temas que Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre trataron a solas este miércoles en el restaurante Zalacaín durante tres horas.
Mariano Rajoy y la presidenta de la Comunidad vivían hasta el pasado miércoles una etapa de frialdad que comenzó poco antes de la cita con las urnas. Por este motivo, y para aclarar si existe una posible alternativa a su liderazgo, el presidente del PP invitó a comer el pasado miércoles por la tarde a la presidenta regional.
Fue el líder del PP el que llamó a la presidenta de la Comunidad de Madrid. A pesar de que, según diversas fuentes, el encuentro fue cordial, el descontento en algunos sectores del PP por la renovación que se ha llevado a cabo en el grupo parlamentario permanece latente. De momento, no hay nadie que dé la cara y diga públicamente que no está conforme con los nombramientos. Lo que sí hay, por el contrario, son expresiones de apoyo a la candidatura de Mariano Rajoy. Ayer se produjeron dos significativas: una procedente de Galicia y otra, de Murcia.
La presidenta le dijo a Rajoy que no es justo que Rajoy le eche la culpa de todo; que vale que descargue en ella parte de la decisión de excluir de las listas al alcalde, pero no lo de que el informativo de Sánchez Dragó diera espacio a Rosa Díez o no le tratara bien a él, y, sobre todo, que tampoco es justo que le culpe de todo lo que diga por los micrófonos su amigo Federico Jiménez Losantos cuando otro amigo de Rajoy, antiguo jefe suyo de gabinete y ahora director de un diario de Madrid, había dicho en esos mismos micrófonos que Gallardón iba a ser el próximo secretario general del PP…, según publica El Mundo.
Pero el plato principal sobre el que había de hundirse el cuchillo de los comensales no era otro que el futuro del próximo congreso del partido, que se produce en el contexto más desfavorable para el líder de la oposición en el seno de su propio partido desde el día de la derrota electoral frente al PSOE.
