(PD).- Es el sociólogo de cabecera y, pese a estar en la sombra, potragonista de tertulias, columnas y noticias. Casi siempre para mal. Pedro Arriola, marido de la diputada malagueña Celia Villalobos, fue la única persona que se acercó a Rajoy en los trascendentes debates de televisión contra ZP. Y ahora, en la situación en la que se encuentra el líder del PP, protestan algunos, casi también. De hecho, tan relevante es su cargo que un dirigente ha decidido plantear una propuesta para que sea sometido a votación en el congreso de junio.
Para algunos fue el gurú que consiguió que el Partido Popular saboreara la mayoría absoluta. Para otros, el culpable de que el PP agache acomplejada la cabeza frente al Partido Socialista sin que esto tenga ningún tipo de efecto beneficioso en los resultados.
En su columna de El Mundo, Isabel San Sebastián, gran conocedera de los entresijos del Partido Popular, asegura:
«Mariano Rajoy tuvo que esperar a la réplica para sacar lo mejor de sí mismo huyendo de los papeles. Lo cual, por cierto, hace que los suyos se pregunten a qué espera para replantearse la composición del equipo asesor con el que prepara sus discursos, mientras un dirigente del partido tiene ya decidido plantear en el congreso de junio una propuesta formal para exigir que el sociólogo en nómina del partido -actualmente Pedro Arriola- sea elegido por votación y no designado arbitrariamente».
Una propuesta formal que quizá no tenga ninguna consecuencia inmediata. Pero la repercusión puede ser grande y, sobre todo, significativa de la política que viene.
La inquina de la periodista hacia el sociólogo es conocida. Hace unos meses, Isabel San Sebastián cargó contra Arriola en las páginas de El Mundo en un artículo titulado «El valido»:
-Dicen las malas lenguas que si no es él quien manda en el PP, actúa como si así fuera. Aseguran las voces alarmadas que se comporta con la seguridad de un virrey, el descaro de un trilero y el cinismo de un vendedor de humo, capaz de defender una postura y su contraria con idéntica elocuencia, al albur de los vaivenes de la demoscopia.
-Poderoso personaje, con apellido de origen vasco y resonancias tan pétreas como la faz que se gasta
-Lo suyo siempre ha sido decir lo que su interlocutor quiere escuchar, solemnizando lo obvio y dando trascendencia a lo irrelevante hasta hacer sentir vergüenza a los oyentes no entregados a sus artimañas.
-Su especialidad consiste en justificar a posteriori cualquier cosa, empezando por sus errores de bulto en el pronóstico, y lograr que el cliente se lo crea y se muestre agradecido. Porque nuestro hombre no se mueve por convicción o militancia. Él no entiende de proyectos, principios o ideologías. Lo suyo es la contabilidad de altos vuelos, no da un paso sin cobrar y lleva lustros alimentando sus arcas con las facturas que le abonan en la calle Génova, sin que nadie se atreva a rechistar.
-La supervivencia política de este siniestro sujeto y su creciente influencia sobre Mariano Rajoy representan un misterio.
