Cinco caras nuevas y una mujer en Defensa


(PD).- Zapatero comparecerá a mediodía de hoy en el Palacio de la Moncloa para anunciar al Rey el Gobierno de su segunda legislatura. Un Ejecutivo en el que hay cinco caras nuevas, una mujer será ministra de Defensa y no estará Jesús Caldera.

El actual titular de Trabajo sale del Gobierno para encabezar un laboratorio de ideas que el PSOE tiene pensado crear para nutrir las estrategias futuras del partido, al estilo de lo que ocurre con FAES en el PP.

Es más que probable que Caldera, que formó parte del equipo que aupó a Zapatero a la secretaría general del PSOE, encabece en 2009 la lista del PSOE para las elecciones europeas.

Desde un primer momento, Zapatero quería un «peso pesado» para ese puesto del gabinete de ideas, órgano del que carece actualmente el PSOE. Caldera es uno de los tres ministros que deja de sentarse a la mesa del Consejo de Ministros. Los otros son Cristina Narbona y Joan Clos.

El Gobierno encabezado por Zapatero tiene más mujeres que hombres (nueve ministras frente a ocho ministros).

Una de ellas es Carme Chacón, quien el lunes, cuando prometa su cargo, se convertirá en la primera mujer ministra de Defensa.

Asimismo, el nuevo equipo gubernamental tiene más carteras que el actual y una estructura diferente, pues se crean cuatro nuevos departamentos, algunos de ellos productos de la fusión de varios ahora existentes (como es el caso de Educación y Asuntos Sociales, Agricultura y Medio Ambiente, Innovación e Igualdad).

Zapatero ya anunció hace semanas ese cambio en la estructura del Ejecutivo.
Entre otras novedades, está el sustituto de Caldera en la cartera de Trabajo, que noe s otro que el actual alcalde de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y peso pesado del PSC, Celestino Corbacho.

Se desgaja de esa cartera Asuntos Sociales y se le suma al Ministerio de Educación que, a partir de ahora se llamará Ministerio de Educación y Asuntos Sociales, con Mercedes Cabrera al frente.

También se incorpora como ministro de Industria y Energía Miguel Sebastián, que fuera responsable de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno y que, posteriormente, le hizo a Zapatero el «favor» político de ocupar la candidatura del PSOE a la Alcaldía de Madrid, después de otras tentativas de candidatura frustradas.

Pese al estrepitoso fracaso en las últimas municipales (y a los roces que mantuvo con el equipo de Solbes en su etapa al frente de la Oficina Económica) Zapatero «rescata» a Sebastián y lo vuelve a colocar en la primera línea de la política.

Es más, ganando enteros, pues al frente del Ministerio de Vivienda se da por segura la llegada de Beatriz Corredor, que acompañó a Miguel Sebastián en la lista de Madrid y a quien se le supone persona de su total confianza.

La titular de Fomento, Magdalena Álvarez, también sigue en su puesto, a pesar de las duras críticas que ha suscitado su gestión, sobre todo entre los socialistas catalanes, que temían por su hegemonía electoral cuando las obras del AVE a Barcelona provocaron un caos en Cercanías.

Ha sido precisamente esa presión la que «blindó» la posición de Álvarez, pues el PSOE andaluz, y especialmente su presidente, Manuel Chaves, hizo de la continuidad de la ministra cuestión política y de equilibrio de poder entre federaciones del partido.

La dudas de Rubalcaba
Así las cosas, el núcleo duro del Gobierno queda formado por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sigue también en el cargo.

La gran incógnita anoche era qué iba a pasar con el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al cual Rodríguez Zapatero ofreció seguir en el puesto.

Él, sin embargo, alegaba razones personales para dejar el Ministerio del Interior. Rubalcaba despachó el jueves por la noche con el jefe del Ejecutivo en La Moncloa hasta altas horas de la madrugada y anoche también estuvo con él.

El titular de Interior tuvo muchas dudas hasta última hora. Finalmente continua al frente del departamento que hasta el lunes ocupa en funciones.

Una negativa de Rubalcaba a seguir hubiera complicado al jefe del Ejecutivo la formación del nuevo Gobierno socialista.

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, persevera en su puesto, a pesar de los rumores que le situaban fuera del Ejecutivo tras su muy criticada gestión de la huelga de funcionarios adscritos a su Ministerio.

Lo mismo pasa con la titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado, y la titular de Agricutura, Elena Espinosa, que añade las competencias de Medio Ambiente a su actual departamento.

Desaparecen así del Gobierno Cristina Narbona, cuya gestión del agua también ha sido muy polémica, y el Ministerio de Medio Ambiente como tal, pues se suma al de Agricultura.

Otros de los ministros que entraron en la última renovación llevada a cabo por Zapatero (los titulares de Sanidad, Bernat Soria, y de Cultura, César Antonio Molina) siguen en su puesto para desarrollar la tarea que les fue encomendada por el jefe del Ejecutivo hace un año.

Bernat Soria, al igual que ahora la titular de Investigación y Desarrollo, Cristina Garmendia, son personalidades de prestigio en el ámbito académico, sin carné del PSOE.

En el caso de Molina, Zapatero ha elogiado en numerosas ocasiones la labor que está desarrollando en la expansión del Instituto Cervantes.

Quien se ha quedado compuesto y sin cargo es el brillante Juan Fernando López Aguilar, a quien el oscuro aparato del PSOE, liderado por Pepiño Blanco, parece querer condenar al ostracismo perpetuo en el archipiélago canario.

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