(PD).-Quiere devolver la ilusión a un partido maniatado por la tiranía del «aparato». Ve al PP entregado al pensamiento débil y a no querer llevar la contraria a ZP y piensa que esa opción es un suicidio para la derecha. Afirma que por el momento quiere un debate de ideas pero su apoyo a pactar con nacionalistas en Galicia o su postura en materia de derechos sociales generan dudas.
Cuando se cayó el helicóptero con el que viajaba junto a Rajoy en Móstoles, se encontraba en la primera legislatura como presidenta de la Comunidad, empezaba a contar como dirigente nacional con proyección y a nadie «se le escapó la extraña habilidad de esta mujer para caer de pie, para sobreponerse a situaciones imprevistas y peligrosas y salir de ellas sacudiéndose tranquilamente el polvo de la hombrera», como escribe A. Jiménez Barca en El País.
Esperanza Aguirre es la mujer que sale con tranquilidad de los helicopteros destrozados. «El sector del PP que se impone ahora está inspirado en el pensamiento débil. Consiste en no llevar mucho la contraria a Zapatero, en ser más progre… y mucha gente del partido ve que esto no funciona y busca un líder con más tirón. Y ahí está Esperanza, a quien la deriva que está tomando el partido pues tampoco le gusta», manifiesta un dirigente del PP próximo a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pero a Esperanza Aguirre no conviene menospreciarla: «Venían a por mí y yo lo utilicé. Me daba popularidad y lo aproveché», asegura con la misma sonrisita de siempre. Otro cualquiera habría sucumbido ante una publicidad envenenada como ésta. Incluso hubo quien pronosticó que su carrera entraba en vía muerta. Pero lo que a otros devora, a ella parece que le alimenta.
SUS PUNTOS FLOJOS
Si sus postulados liberales no generan dudas, las posturas de Esperanza Aguirre en cuestiones como el islamismo y los nacionalismos son más difusas. En un momento llegó a a recomendar al PPdeG llegar a un acuerdo con Anxo Quintana, porque es un “chico moderado, con el que se puede pactar”. Una postura que la acerca al más puro gallardonismo que defiende el gallego Núñez Feijóo.
Otro punto que ahonda las contradicciones de la presidenta de Madrid es su postura «en contra» del recurso que el Partido Popular ha anunciado contra la ley que permite el matrimonio entre homosexuales. Aguirre ha sido como mínimo ambigua al decir que consideraba que la ciudadanía entendería el recurso «como un ataque a los homosexuales» y no contra la ley aprobada por el gobierno.
