Camps: «Mariano Rajoy es un gran líder: tiene poso, nivel y potencia»

Camps: «Mariano Rajoy es un gran líder: tiene poso, nivel y potencia»

(PD).- El estado casi de depresión colectiva en el que se encuentra inmersa una buena parte del PP se superaría con un par de sesiones de terapia con Francisco Camps (Valencia, 1962), presidente de la Generalitat Valenciana.

Afirman Cristina de la HOz y José Luis López Jaraba en ABC, que debería ser el paso obligado para muchos de los compromisarios que acudan al XVI cónclave popular, una cita que a Camps le gustaría que fuera «el gran congreso de la España del siglo XXI», el gran congreso de un país «que tiene que tener voz propia y peso específico, de un país que ha superado todos sus complejos, todos los problemas del pasado y que ahora es una nación renovada, rejuvenecida e ilusionada».

En definitiva, la asamblea del principal partido de España en número de militantes «tiene que hablar a esa nación nueva que es la España del siglo XXI».

Este poderoso «barón» territorial -por mucho que huya de dicha etiqueta- se ha convertido en uno de los principales referentes de un partido que mira con muchas dudas su futuro.

También es el más importante valedor de su jefe de filas, Mariano Rajoy, del que dice que es un «gran líder» y al que atribuye «poso, nivel y potencia».

«Estoy convencido de que va a ser presidente del Gobierno y el mejor presidente del Gobierno de España. Yo le escucho y le sigo. Veo cómo plantea las cosas y me parece una personalidad de primer nivel».

Optimismo sería el estado de ánimo que mejor definiría al presidente de la Generalitat Valenciana. Es cierto que pilota una locomotora electoral que ha dado 19 diputados a Mariano Rajoy y que se muestra incontestable en las autonómicas ante unos socialistas valencianos inmersos en crisis recurrentes, pero reparte méritos cuando sale a colación la figura de su antecesor, Eduardo Zaplana.

Justo el día en que ABC lo entrevistó, se conoció el paso de Zaplana a la empresa privada.

«Ha sido un excepcional presidente de la Comunidad Valenciana. Dio la vuelta al marcador y deja detrás una excepcional actividad política».

¿Es el final del «zaplanismo»?:

«Nunca he considerado esta cuestión. Lo que he hecho es trabajar mucho en intentar que todo el mundo se sienta cómodo con el proyecto. Lo importante que queda es el excepcional legado de muchos años al frente del partido, de la Generalitat Valenciana, como ministro y como portavoz».

Sin autocrítica
Pero a Camps parece darle mucha pereza hablar del pasado. Explica que en su casa sólo se hablaba de mañana y de futuro.

«Yo soy optimista y estoy convencido de que por el camino que vamos conseguiremos la victoria electoral en las próximas elecciones y Rajoy será presidente del Gobierno. Es que estoy convencido de ello, si no, no estaría con la ilusión con la que estoy, y para poder ilusionar a mis compañeros de partido tengo que transmitir lo que siento y es que lo siento hasta lo más íntimo de mi corazón».

Pero cuando se le recuerda que Rajoy ya ha acumulado dos derrotas electorales, vuelve a echar mano de ese optimismo casi patológico como el de Zapatero -con el que no le gustan que le comparen- y explica a sus interlocutores que mucho más difícil era ganar en 1996, «sin haber gobernando nunca», que aspirar a conseguirlo en las próximas elecciones generales, cuando ya se ha demostrado que «sabemos que es posible. Esa fuerza que hoy tiene el PP -señala- no la tenía antes de empezar a gobernar».

Ahora, los populares son conscientes de dos cosas: «Que podemos gobernar porque ya lo hemos hecho y que gobernamos mucho mejor que el PSOE».

Y a continuación minimiza la crisis precongresual del PP, que califica de «marejadilla», lo que significa que, en términos meteorológicos, «se supera en cuanto se ponga en marcha la legislatura», de modo que «dentro de unos pocos días brillará el sol y el congreso será un gran éxito político».

Su receta para conseguir ese puñado de votos que les daría la victoria al PP es «continuar con el discurso, pero, también, innovar» y sobre todo «no perder la ilusión de que podemos ganar . Es una de las cosas en las que más he insistido en este proceso precongresual. No perdamos la convicción de que podemos ganar las elecciones».

«Calculo que hay un millón y medio de españoles de los que han votado a Zapatero que cuando se den cuenta de que el discurso del PP es su discurso, nos votarán o dejarán de votar al PSOE. Zapatero tiene votantes muy de la radicalidad de la izquierda y otros que podrían votar perfectamente al PP. Todo es cuestión de tiempo, tiempo al tiempo».

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