(PD).- El vicepresidente de la Comunidad de Madrid y número dos de Esperanza Aguirre, Ignacio González, ha acusado hoy a Mariano Rajoy ante el Comité Ejecutivo del PP de mantener al partido sin dirección durante cuatro meses y dar así ventaja al adversario, al dificultar el ejercicio de la oposición.
Asimismo, aseguró que un proyecto «ilusionante» requiere una «firme convicción» de los principios del PP, sin «caer en el relativismo, en el oportunismo cortoplacista y acomplejado, en el tacticismo» o en pensar que hay que parecerse a los «adversarios» del PP. A su juicio, si el PP no ofrece un proyecto claro y que contraste con la izquierda, se irá al «confusionismo» y al alejamiento de la sociedad.
González pronunció este discurso -que llevaba escrito- ante los casi ochenta miembros que componen el Comité Ejecutivo Nacional, que se reunió durante casi cinco horas en la madrileña calle Génova. Una veintena de dirigentes tomaron la palabra tras escuchar a Mariano Rajoy, pero muchos de los asistentes coincidieron en asegurar que la intervención del ‘número dos’ de Aguirre fue una de las más duras y críticas contra la dirección nacional.
El hombre de confianza de Aguirre, que intervino cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid ya se había marchado para asistir a un encuentro sobre educación, se refirió al proceso de «conflictividad interna» que vive el PP, en el que, según dijo, la percepción de muchos de militantes, simpatizantes y votantes del PP «es que las cosas no se han estado haciendo bien».
«Algo hemos hecho mal»
González señaló que algo se ha «hecho mal» cuando no se ha llevado cabo un análisis electoral profundo de por qué el PP no ha ganado, cuando se transmite que la derrota «parece que es de unos y no de todos» o cuando se traslada la percepción de que en el partido «unos son los buenos, los moderados y los centristas, y otros los retrógrados, los que restan, los carcas».
Abundando en este argumento, señaló que algo no se ha «hecho bien» cuando se mantiene durante cuatro meses al primer partido de la oposición «sin dirección» y dando «tanta ventaja al adversario»; cuando se transmite la sensación de que «lo que había no vale, y hay que renovarlo todo»; o cuando se invita a una parte del partido «a marcharse del mismo, y se hacen advertencias y consideraciones desde la Comisión de Derechos y Garantías a los que no comparten esa invitación a irse».
Es más, insistió en que algo no se ha hecho bien cuando personas «muy señaladas» del PP abandonan sus responsabilidades e, incluso, la militancia por sentirse «engañados, no apoyados o no identificados con lo que se está haciendo», o cuando la sensación que se percibe es «la ausencia de libertad interna para opinar, discrepar, disentir o, incluso, alguna opción alternativa, se le ataca en lo personal, en lo familiar, trufando las informaciones con intereses espúreos».
Asimismo, recalcó que algo no se ha hecho bien cuando lo que se transmite es que se está con la dirección o, en caso contrario, es que «sólo se está en contra del partido»; cuando se deja transmitir la idea de que hay que «renunciar a lo mejor» del pasado «más reciente y más exitoso» y recuperar «un centro perdido que nadie explica cuándo y cómo se perdió», buscando parecerse más a los «adversarios» y «menos» al PP.
González proclamó que el PP es un gran partido «fruto del esfuerzo de muchas personas que, en los últimos 20 años, supieron construir un proyecto político y social «solvente». Según agregó, se basó en tres pilares: un partido fuerte y unido, un liderazgo también fuerte e integrador, y un proyecto político claro, distinto al de sus adversarios. Para ello, prosiguió, se luchó contra «muchos prejuicios y estereotipos y contra construcciones ideológicas y políticas impulsadas» por nuestros adversarios.
Liderazgo integrador
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid señaló que un PP «fuerte y unido exige un liderazgo integrador», donde todos se sientan parte del equipo y del proyecto, aunque se discrepe, y donde cualquiera que sea el papel que toque jugar se sienta bajo el paraguas de ese partido «fuerte y unido, y de una dirección fuerte e integradora».
«Un proyecto político sólido, claro e ilusionante requiere una firme convicción de lo que somos, lo que representamos y lo que defendemos, sin caer en el relativismo, en el oportunismo cortoplazista y acomplejado, en el tacticismo, o en pensar que hay que parecernos a nuestros adversarios, ser su segunda marca en los planteamientos ideológicos o tener complejos de falsa progresía», enfatizó.
Porque esto, continuó González, «sólo induce a la ausencia de proyecto, de identidad, al confusionismo y alejamiento de la sociedad» que busca en el PP una alternativa «fuerte, con un proyecto claro y sin complejos, que se contraste con el modelo político de la izquierda y los nacionalistas».
En este punto, y dirigiéndose a Mariano Rajoy, afirmó que si esa percepción dentro y fuera del partido de que algo no se está haciendo bien no se supera, el PP tendrá «muchas dificultades» para derrotar a los socialistas y ganar las próximas elecciones.
