(PD).-La Justicia hizo la vista gorda sobre las actividades de los cachorros de ETA. La «herriko taberna» «Herria», sometida a administración judicial por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dentro de las investigaciones sobre el entramado financiero de ETA, sirvió de base logística para el homenaje que la ilegal Askatasuna tributó al ex miembro del «comando Madrid» José Ignacio De Juana Chaos el pasado sábado, a las pocas horas de su puesta en libertad.
La gestión financiera de este y otros locales del entorno proetarra está bajo control de un administrador nombrado por el Juzgado desde que las investigaciones constataron que su recaudación podía servir para alimentar las arcas de ETA, según informa el diario ABC.
De esa «herriko taberna», situada en medio de la calle Juan de Bilbao, en la parte vieja donostiarra, salieron las dos pancartas con el lema «ongi etorri Iñaki. Euskal Herriak askatasuna» (bienvenido Iñaki. Libertad para Euskal Herria), que presidieron el homenaje; otras dos con las que los batasunos acordonaron el callejón coincidiendo con el acto para restringir el acceso, así como los pasquines escritos a mano.
Desde que a las doce del mediodía trascendió la convocatoria del acto para enaltecer la figura y andanzas de José Ignacio de Juana, decenas de simpatizantes proetarras comenzaron a congregarse en torno a la «Herria», en cuyo interior había sido colgado un cartel con la foto del ex pistolero del «comando Madrid» y el reiterativo «ongi etorri».
Varios de ellos, que hacían tiempo «txikiteando» en un bar situado en el mismo callejón, y frecuentado por los batasunos, aunque el establecimiento no forma parte del «censo oficial» de las «herriko tabernas», recibieron con pitos, abucheos e indisimulada sorna las imágenes que en ese momento ofrecía la Televisión Pública Vasca -ETB-, sobre el acto que a pocos metros había convocado la asociación Dignidad y Justicia como repulsa por la excarcelación del asesino en serie. Poco les importaba la aparición de Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundúa, visiblemente emocionada.
Minutos antes de las dos de la tarde llegaba a la «Herria» la confirmación de que José Ignacio de Juana Chaos no acudiría a su homenaje. Probablemente en ningún momento tuvo intención de estar presente, pero se mantuvo la expectativa durante dos horas para atraer a los incondicionales. La carta atribuida al propio etarra para ser leída en el acto, lo suficientemente elaborada, descarta su improvisación y refuerza esta hipótesis.
Para ese momento, las dos de la tarde, responsables de la «herriko taberna» habían instalado en la misma puerta de acceso dos altavoces de ciertas proporciones y un micrófono, para que el contenido, cuya lectura se encomendó a una joven militante, pudiera ser escuchado por los aproximadamente trescientos incondicionales que llenaban el conflictivo callejón. Entre ellos, ningún dirigente de Batasuna de los que siguen en libertad. Ni de la nueva ni de la vieja guardia. Tampoco se observó la presencia de la alcaldesa de Hernani, Maite Betialarrangoitia, de ANV, la que envió «un mensaje de cariño» a los asesinos de la T-4.
