(PD).- Se va. Después del Consejo de Ministro y del despacho con el Rey en Mallorca, el presidente echa el cierre por vacaciones y se va a Doñana. Deja el país en crisis, con el paro y la inflación por las nubes, y desaparece un mes entero en el Palacio de las Marismillas y a costa del erario público.
La economía vuelve a arrojar indicadores en rojo que son echarse a temblar. El paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo aumentó en 36.492 personas en julio, por cuarto mes consecutivo, y situó el número total de desempleados en 2.426.916, un 1,5% más que el mes anterior y la mayor cifra de parados desde abril de 1998.
Pero que con el presidente socialista no cuenten. Zapatero, su mujer Sonsoles Espinosa, y sus hijas pasarán un mes en el Palacio de las Marismillas (Doñana), equipado con diez dormitorios con baño incorporado, atentido por tres personas de servicio y con cargo al erario público.
Zapatero llegó este domingo a Doñana, donde tiene previsto pasar las vacaciones de verano en compañía de su familia. A su llegada, fue recibido por el alcalde de Almonte, Francisco Bella, que le dio la bienvenida al municipio de Almonte y al Parque Nacional de Doñana.
También estaban presentes la directora general de Sostenibilidad en la Red de Espacios Naturales de la Junta de Andalucía, Rocío Espinosa, y el gerente del Espacio Natural de Doñana, José Juan Chans, entre otras autoridades.
Es la primera vez que las autoridades locales reciben al presidente del Gobierno a su llegada a Doñana, donde ya pasó las vacaciones de verano junto a su familia el año pasado.
DIEZ DORMITORIOS CON BAÑO
Diez dormitorios con baño incorporado y tres personas de servicio. Los Zapatero vuelven a mesa y mantel al palacio de Las Marismillas. La crisis no va con ellos. Paga el contribuyente.
El canturrear de los pájaros, las noches de luna y el olor de las marismas de Doñana tienen a José Luis Rodríguez Zapatero encandilado. Tanto que este mes de agosto repite veraneo por segundo año consecutivo en Las Marismillas, la casa-palacio incrustada en el corazón del parque nacional.
La residencia que alojará también a Sonsoles Espinosa y a las hijas del matrimonio, Laura y Alba, es de titularidad estatal, a pesar de que la gestión del Parque Nacional de Doñana esté en manos de la Junta de Andalucía. Lleva siendo, además, sede de actos oficiales desde 1992 y su historia se remonta a principios del siglo pasado, cuando el rey Alfonso XIII acudía al parque para cazar.
Los planes del año pasado eran hacer deporte y leer, y este año no variarán en exceso. También aprovechará el presidente para escuchar música. Es Sonsoles, claro, quien elige el repertorio: casi siempre, ritmos brasileños. A Rodríguez Zapatero le gustan las tortillitas de camarones y la manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Hasta el punto de que es habitual ver al matrimonio paseando por este pueblo y los alrededores en busca de los mejores manjares.
En Bajo de Guía, antiguo pueblo pesquero, por ejemplo. Cuentan que es el santuario de la gastronomía sanluqueña. Está situado junto al mar y desde allí se divisa uno de los paisajes más bonitos de Sanlúcar.
Allí se puede degustar el más sabroso pescado y marisco en tabernas típicas y restaurantes de lujo. “El presidente ha venido alguna que otra vez por aquí. De visita oficial o con amigos, pero él siempre llega y se sienta en una mesa”, relata un responsable del restaurante Casa Bigote.
Pero además de los días de sol y playa, la agenda del presidente prevé alguna cita política. Amén del tradicional despacho con el Rey en Palma de Mallorca, el jefe del Ejecutivo ha decidido celebrar un Consejo de Ministros extraordinario el 14 de agosto. En medio de la crisis económica, no parece aconsejable para la imagen del Gobierno desconectar a lo largo de un mes entero de la política.
¿Objetivo? Según la versión oficial: “Impulsar y hacer un seguimiento de las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis económica”.
