(PD).- El circo de los independentistas catalanes continúa su gira por España. Primero fue Lluís Suñé, de ICV, que se mofó de Extremadura en su blog con un cartel publicitario de mal gusto. La imagen, fruto de su penosa ironía, abrió la veda de la irritación en el pueblo extremeño. «Extremadura needs you» («Extremadura te necesita»), decía. En la ilustración se puede leer además, en catalán, «Un 8,7% del PIB catalán NO ES SUFICIENTE».
La nueva función la ha protagonizado esta vez Joan Puig, famoso por su afición a la piscina de Pedrojota. Sin pelos en la lengua, ha tildado a los extremeños de “malnacidos” y les acusa de una “falta de gratitud hacia la solidaridad catalana”. Y ahí no queda la cosa. También hace hincapié en que gracias a ese “espíritu altruista” de los catalanes, los extremeños “han conseguido superarles en calidad de vida”, por lo que deberían mostrarles su gratitud.
Ya ha quedado demostrado hasta dónde es capaz de llegar el ex diputado de ERC, con sus ataques a la compañía Air Berlin a la que llegó a rebautizar como Air Goebbels, en referencia al ministro de propaganda de la Alemania nazi. “Basta ya de poner la cara y recibir bofetadas”, manifestó en defensa del presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. Y es que todo vale para defender sus principios nacionalistas, arremetiendo contra todo lo que se desvíe de ese ideario.
Ahora la broma le ha salido cara, porque la Junta de Extremadura ha decidido emprender acciones legales contra sus insultos. La vicepresidenta segunda, Dolores Aguilar, ha dado cuenta de ello alegando que las declaraciones de Puig son una provocación que “crea enfrentamientos entre territorios”. Así, la Junta dará “traslado a la fiscalía para que en su caso determine si hay un pronunciamiento claramente legal ante este tipo de manifestaciones”, que para el Gobierno regional son “gratuitas e innecesarias”.
La acusación de Puig también ha calado hondo en la población extremeña, entre la que se ha levantado un incómodo clima de indignación. Así lo ha expresado Manuel Guerrero, presidente de la Federación de Asociaciones Extremeñas en Cataluña (FAEC), para el que “sujetos como Puig se permiten ofender a todo un pueblo para defender sus propios intereses”.
A pesar de la polvareda levantada, “catalanes y extremeños se relacionan perfectamente” según afirma Guerrero. Pero sí es cierto que las asociaciones no se van a quedar calladas y van a dar una respuesta contundente para proclamar que “no están dispuestas a soportar vejaciones de esta gente que sólo quiere llamar la atención”.
Parece pues, por los últimos acontecimientos y el calor veraniego, que la farándula continuará en el seno del nacionalismo catalán. Y cuidado con cualquiera que intente soplarles, siempre habrá algún trapecista que busque su minuto de gloria.
