(PD).- Bono, con su estilo de alcalde cateto de los cincuenta no gusta en el PSOE. No gustó con González ni gusta ahora, pero el manchego, a la chita callando, se ha mantenido siempre al pie del cañón gracias principalmente a la mina electoral que era Castilla-La Mancha. Ahora, desde su atril de la presidencia de las Cortes, se desquita sin ningún rubor contra propios y extraños.
El PSC se mordía los puños el día que José Bono fue elegido presidente del Congreso. Incluso utilizaron sus 25 escaños para ‘convencer’ al presidente del error que había cometido. Pero nada. El manchego sigue ocupando la presidencia de las Cortes ante el resquemor de sus compañeros de partido.
Pero Bono ni olvida ni perdona y aprovecha la financiación autonómica para saldar viejas cuentas. El presidente del Congreso le ha recordado a sus compañeros de partido que le «deben» su escaño a Zapatero, quien «pesa más que todos los líderes regionales».
En declaraciones a Europa Press, Bono se mostró convencido de que, pese a la advertencia del presidente catalán, José Montilla, de un posible rechazo del PSC a los Presupuestos Generales de 2009, «la sangre no va a llegar al río».
Tengo la seguridad de que los diputados socialistas no van a votar en contra del Gobierno de Zapatero, sea cual sea la provincia por la que hayan resultados elegidos. Para los socialistas son mas importantes las personas que los territorios.
Según explicó, «ese convencimiento nace de la experiencia que, durante muchos años, más de un siglo, ha acumulado el Partido Socialista: nuestra fuerza es nuestra unión». Pero añade otro elemento, como es «la importancia que el presidente del Gobierno tiene a la hora de conseguir votos para que un candidato socialista obtenga su acta de diputado».
Todos los diputados socialistas saben, y tenemos muy reciente la lección porque las elecciones han sido el pasado mes de marzo, que ha pesado más en el voto ciudadano el liderazgo de Zapatero que el de cualquier dirigente regional del Partido Socialista.
Los ciudadanos, los electores, los dirigentes y los diputados socialistas sabemos que Zapatero pesa electoralmente más que todos los líderes regionales socialistas juntos.
No es desprecio hacia nadie, todos somos necesarios, pero sin la fuerza política que Zapatero representa quizá muchos de nosotros no seríamos diputados. Hay que ser autónomos pero hay que tener los pies en el suelo y saber que sin las siglas de nuestro partido y sin Zapatero muchos no seríamos diputados.
Desde que el pasado 9 de agosto se acabara el plazo fijado en el Estatut para fijar las bases de un nuevo modelo de financiación, la guerra se ha desatado dentro del PSC. Ahora la pelota está en el tejado de Montilla sabe que necesita el apoyo de los partidos nacionalistas, que ya han amenazado con vetar los Presupuestos.
