(PD).- Mientras Zapatero encara un otoño plagado de incertidumbres, su mujer, Sonsoles Espinosa, no tendrá otra que exilarse por razones de trabajo un mes en Oviedo a las órdenes Maximiano Valdés y Robert Carsen y al compás de un montaje de la ópera Dialogues des Carmélites que narra la historial real ocurrida en Compiégne, donde todo un convento de monjas de esa orden, a excepción de una de las hermanas, acabó pasando por la guillotina en plena Revolución Francesa.
Espinosa formará parte de los coros poniendo voz a una de las once monjas carmelitas que componen el grupo vocal y arropan a la aclamada soprano María Bayo, según informa El Semanal Digital.
La mujer del jefe del Ejecutivo ha comenzado ya a preparar su participación en la ópera junto a varias de sus compañeras de reparto. Lo hizo este martes poco tiempo después de aterrizar a la una del mediodía en el aeropuerto de Asturias, procedente de Madrid, según constató el rotativo La Nueva España. Un par de horas después acudió a ensayar con el resto del reparto en el teatro Campoamor. Sonsoles Espinosa dejará Oviedo el sábado y regresará en cuanto se reinicien los preparativos de la ópera.
En su aventura profesional en la capital del Principado, Espinosa tiene la intención de residir en una vivienda particular. Claro que, tal y como detallan a Garganta Profunda de El Semanal Digital, no podrá alejarse de las medidas de seguridad elementales que corresponden a la tutela de la mujer del presidente. Es decir, los guardaespaldas, el coche oficial o la asistencia de una secretaria. Y, qué duda cabe, los perros policías van a recorrer el patio de butacas cada una de las noches de septiembre en las que se alce el telón.
