(PD).- Igual que Felipe González sobre los desmanes de sus Gobienos, el ministro del Interior ha dicho que se enteró del cese de seis agentes de la lucha antiterrorista en Bilbao «por los periódicos». Como le decía Campmany al ex presidente del Gobierno, otro «tontainas» con cara de piedra.
Tal y como publicaba El Mundo, esos policías eran los encargados de controlar los teléfonos de un miembro del complejo Vizcaya de ETA que, a la postre, se ha comprobado que fue clave en el traslado de explosivos desde Francia hasta La Rioja.
«Muy poco control da a entender Alfredo Pérez Rubalcaba que tiene sobre los asuntos que le competen si es cierto que ha conocido hechos de esta magnitud por la Prensa. Pero tan grave sería eso como que no esté diciendo la verdad. Sus manifestaciones para escurrir el bulto nos retrotraen a otros tiempos en los que el presidente del Gobierno del que era portavoz decía enterarse de la corrupción y los GAL a través también de los medios de comunicación. Y la respuesta ha sido similar a la de entonces».
Según el propio diario El Mundo, Rubalcaba ha iniciado una caza de brujas en la Comisaría General de Información. El ministro se ha propuesto a toda costa encontrar a los responsables de que los hechos hayan trascendido a la opinión pública y ha ordenado una investigación.
«Es decir, Rubalcaba parece más preocupado por las fuentes de información de los periodistas que por una negligencia que podía haber evitado posiblemente alguno de los últimos atentados de ETA; más pendiente de atemorizar y silenciar a los agentes que de tomar medidas para evitar nuevas negligencias. Los viejos tics del ministro permanecen».