(PD).- La ausencia del presidente Zapatero, en la recepción que ofrecerán hoy Sus Majestades los Reyes con motivo de la Fiesta Nacional y la «pifia» de Mariano Rajoy, al calificar a micrófono abierto de «coñazo» el desfile militar marcan este 12 de octubre, Día de la Hispanidad aquí y Día de la Raza en muchos países de América Latina.
No será la primera vez que ocurra, pero sí es muy excepcional que el presidente del Gobierno no asista a la tradicional recepción del Palacio Real.
Zapatero sólo asistirá al desfile militar y no acudirá a la recepción posterior, que empezará a la una de la tarde. La razón argumentada es que el jefe del Ejecutivo tiene que «preparar» la reunión de los líderes de la eurozona convocada ayer de forma urgente por Nicolas Sarkozi para las cinco de esta tarde en París con el objetivo de abordar la crisis financiera internacional.
La ausencia de Zapatero fue comunicada por Moncloa a la Casa del Rey.
Pocos precedentes
A la recepción de los Reyes están invitadas las altas autoridades del Estado, así como representantes de todos los sectores de la sociedad. Desde que empezaron a celebrarse, en 1987, siempre ha asistido el presidente del Gobierno, salvo alguna excepción, como en 1989, cuando una afección gripal impidió a Felipe González participar en ninguno de los actos previstos con motivo de la Fiesta Nacional.
Ese año tampoco acudió, ni al desfile ni a la recepción, el entonces ministro de Defensa, Narcis Serra, que se encontraba de viaje en Washington.
La ausencia de Zapatero coincide con la primera recepción de estas características a las que no se ha permitido acreditarse a la Prensa, ya que sólo podrán acudir los periodistas invitados (más de 150) por el Palacio de La Zarzuela.
El objetivo de esta medida era evitar que los políticos, entre ellos el presidente del Gobierno, aprovecharan la celebración para organizar ruedas de prensa «improvisadas», como ha ocurrido en los últimos años. Existe una norma no escrita, desde el principio del Reinado de Don Juan Carlos, según la cual, no se deben hacer declaraciones políticas en presencia de la Familia Real, ya que la Corona está por encima de las diferencias políticas.
Sin embargo, Zapatero nunca ha perdido ocasión de aprovechar estos actos para hacer declaraciones políticas.
Sin jefes de Gobierno
Es muy probable que a la recepción de la Fiesta Nacional no acuda ninguno de los presidentes de Gobierno que ha habido en la democracia, pues ni González ni Aznar suelen asistir, Suárez no puede por razones de salud y el único jefe del Ejecutivo que nunca había faltado, Leopoldo Calvo-Sotelo, falleció el pasado mayo.
Quien no sólo asiste sino que también anima a todos los españoles a celebrar «con entusiasmo» la Fiesta Nacional es el líder de la oposición, Mariano Rajoy.
El presidente del PP se vio obligado ayer a dar explicaciones después de que los micrófonos -que él creía apagados- le jugaran una mala pasada y elevaran a categoría de pública «una expresión coloquial».
Fue en la reunión Interparlamentaria que el PP clausuró ayer en La Coruña. Rajoy hablaba con Javier Arenas, pero los micrófonos captaron el comentario: «Mañana tengo el coñazo del desfile… Un plan apasionante».
Minutos después, las agencias y las radios distribuían por toda España estas palabras y el PSOE le exigía «disculpas oficiales». Las explicaciones de Rajoy no se hicieron esperar y, poco después, hizo público el siguiente comunicado:
«Para despejar cualquier duda o mala interpretación, quiero reiterar mi postura ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional. Aprovecho la ocasión para animar, otro año más, a todos los españoles, a celebrar con entusiasmo la fecha que nos recuerda nuestra convivencia en común»
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