La pasión de Zapatero por las anchoas provoca situaciones insólitas

(PD).- Que es una persona antojadiza ya se sabe. Pero ésta es buena. «Cada vez que Miguel Angel Revilla, presidente de Cantabria, visita oficialmente Madrid lleva en una mano una carpeta con reivindicaciones y en la otra una bolsa con los más exquisitos quesos, sobaos o anchoas de la región». Y por si se le olvida, ZP pide anchoas a la hora que sea…

Según el «nos cuentan que…» de El Mundo:

«Estas visitas, que se extienden a La Zarzuela para placer de Don Juan Carlos, las estrenó Revilla con José María Aznar, pero sin feeling entre ambos. Con Zapatero, la cosa cambia. Tanto, que, a veces, hay anchoas aunque la visita no le toque al presidente del Gobierno. Por ejemplo, en la constitución de las Cortes tras las últimas elecciones. La víspera, a las 12 de la noche, Revilla recibió una llamada en su móvil. Era Zapatero. «Miguel Angel, ¿podrías traerme mañana una cajita de esas anchoas espectaculares?». Revilla se vio en un aprieto porque no tenía pensado estar con Zapatero y no tenía anchoas en casa. «Presidente, me pillas. Son las 11 y tengo el avión a las ocho de la mañana… déjame pensar». Zapatero insistió: «Lo entiendo, pero es que el sábado tengo una cena importante en casa y quiero quedar bien». Revilla movió Roma con Santiago y al día siguiente entró en el Congreso por un lateral. Llevaba una bolsa con una cajita de anchoas exclusivas. Tras una puerta le esperaba… el mismísimo Zapatero. Dentro de pocos días, ambos se verán en La Moncloa. ¿Habrá llamada a medianoche?»

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