(PD).- Hay que aguantar el tirón, la crisis requiere una respuesta coordinada de todos los países europeos y el presidente Zapatero está donde tiene que estar, manifestó este domingo el Rey sobre la ausencia del jefe del Gobierno en la recepción del Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional, a la que asistieron casi mil invitados y entre ellos casi 200 periodistas.
Mientras el Rey abogaba por aunar esfuerzos para hacer frente a la crisis, el Príncipe expresaba su deseo de que de la reunión de París salieran mejores resultados que los logrados el anterior fin de semana entre Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.
Zapatero, que sí estuvo en el desfile militar del paseo de la Castellana, se fue directamente a preparar la reunión de los quince países de la «eurozona» en la que participará esta tarde en París. En su lugar, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega encabezó la línea de saludos de los invitados, a la que acompañaron doce miembros del Gobierno. Los Reyes saludaron con gran cariño a Fraga.
Don Juan Carlos, acompañado por doña Sofía, los Príncipes, las Infantas e Iñaki Urdangarín, presidió por la mañana el desfile del Día de la Fiesta Nacional, que contó con exhibición aérea por el mal tiempo y que tuvo el momento más emotivo en el homenaje a los caídos, con la presencia de familiares de militares y guardias civiles caídos el último año.
Allí estaban la viuda y el hijo del brigada Luis Conde de la Cruz, asesinado en atentado de ETA en Santoña, los familiares de los dos militares muertos en Bosnia a finales de junio, en Kosovo y en Líbano, así como de los dos guardias civiles asesinados en Cap Bretón.
Cuando por la megafonía se anunciaba la llegada del Presidente, desde las tribunas de público se escucharon algunos abucheos y gritos de «Zapatero, dimisión». También hubo silbidos para algún dirigente político. Al acto faltaron Pedro Solbes y Miguel Sebastián. Entre los dirigentes políticos estaba el líder del PP, Mariano Rajoy, que permaneció en las tribunas junto con Soraya Sáenz de Santamaría, al lado del portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso.
Todos los invitados se pusieron en pie al paso de las banderas de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumanía y Turquía, países que aportan personal a ambos cuarteles generales.
El desfile lo abrió la sección de motos de la Guardia Real, a la que siguió el Mando y Estado Mayor de la Brigada Infantería Acorazada «Guadarrama» XII, que dio paso a la Agrupación Motorizada.
Los más aplaudidos, junto a la Guardia Civil, fueron los efectivos de la Legión, con su peculiar marcha de 160 pasos por minuto y con la cabra como mascota, y los Regulares, con su marcha a cámara lenta. Cerraron el desfile las unidades a caballo, compuestas por la Sección Hipomóvil de la Guardia Real y el Escuadrón de Sables de la Guardia Civil.
Al término del desfile, todos los invitados se dirigieron al Palacio Real a la recepción de los Reyes, a la que no acudió Zapatero debido a su viaje a París.
