El travestismo de la señora Vicepresidenta del Gobierno ZP

El travestismo de la señora Vicepresidenta del Gobierno ZP

(PD).- Pleno de control al Gobierno en el Congreso. El hemiciclo está semivacío, como casi siempre, pero hay dos protagonistas fijas, que repiten la misma escena cada semana.

Explica Mariano Calleja en ABC que la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, «dispara» contra la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega.

La «número dos» de Zapatero esquiva la bala y devuelve el tiro contra… Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y Francisco Camps. Cada semana se produce el mismo fenómeno de travestismo político en el Congreso.

El PP controla al Gobierno de Zapatero en el Pleno, y el Ejecutivo, ¿qué hace? Se transforma, se viste de oposición y, en vez de responder de sus actos y sus políticas ante los diputados, torna los papeles y pasa de controlado a controlador.

«¿Le parece que en sus actuaciones el Gobierno tiene el respaldo social necesario?», preguntó la portavoz del Grupo Popular a la vicepresidenta en la última sesión de control.

Respuesta de De la Vega:

«Me gustaría que me dijera, cuando habla de respaldo social, si se está refiriendo al que tienen sus gobiernos, por ejemplo, en Valencia, donde su consejero traduce su nombre al inglés para justificar el disparate que han montado con la educación para la ciudadanía (…) O si se refiere al respaldo social de sus gobiernos en Madrid, que gestionan tan bien que se les ha acabado el dinero para recoger sus basuras».

En el último mes y medio, la vicepresidenta primera del Gobierno ha utilizado las mismas armas en cinco ocasiones distintas. Tras las elecciones generales de marzo, algo cambió en el Congreso.

En las sesiones de control ya no estaba Eduardo Zaplana para tratar de poner contra las cuerdas a De la Vega. Ahora era otra mujer, joven, la que criticaba abiertamente a la vicepresidenta, a la que ya no valían los argumentos que utilizaba contra Zaplana (machismo, radicalismo, pasado…)

El relato había cambiado. Se acabó el victimismo de la vicepresidenta y Santamaría se «merendaba» a su adversaria cada semana.

¿Y qué hizo De la Vega? A la vuelta del verano, se «disfrazó» de oposición. De oposición a los gobiernos del PP más emblemáticos, los de Madrid y Valencia. El relato volvió a cambiar. Ahora, Santamaría controla al Gobierno, y éste controla a los Ejecutivos autonómicos del PP.

«Ahí se retratan»
«Aguirre, Gallardón y Camps son referencias fundamentales en el PP. A nosotros nos sirven en el Congreso para mostrar a los españoles cómo gobernaría el PP en toda España.

En esas comunidades se retratan los populares cada día con su gestión, y a nosotros nos sirve para pasar de la defensa al ataque», comentan fuentes del Grupo parlamentario Socialista. Las mismas fuentes recuerdan que las alusiones son recíprocas:

«Esperanza Aguirre no puede pronunciar tres frases seguidas sin hablar de Zapatero».

Desde la Comunidad Valenciana, el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, cree que los ataques del Gobierno a Francisco Camps se deben a que «es uno de los políticos más emergentes del PP a nivel nacional, que en el futuro va a tener un papel mucho más importante».

El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, lo ve así de claro:

«Madrid y Valencia son dos referencias de buenos gobiernos del PP, y por eso intentan desprestigiarlos. Son modelos de éxito y eso les fastidia»

.

Granados cree que la «oposición» del Gobierno a la Comunidad de Madrid se ve, sobre todo, en los Presupuestos Generales del Estado:

«Ahí es donde se pone en práctica el ataque a Madrid y Valencia. Cada vez hay menos inversión del Estado en la Comunidad de Madrid. En cinco años no hay ni una sola obra pública nueva en esta región».

La oposición que ejerce con ahínco el Gobierno de la Nación en el Parlamento sobre las comunidades del PP contrasta con la debilidad del PSOE en las Cámaras autonómicas.

En la Asamblea de Madrid, los socialistas pasan por un estado de flojedad extrema, según lo ven en el Ejecutivo regional. De ahí que no les venga mal una manita desde Moncloa.

Al mismo tiempo, De la Vega, que fue número uno del PSOE por Valencia, y que resultó derrotada con estrépito, tiene una oportunidad semanal de resarcirse con su labor de oposición.

Pero Madrid y Valencia no son sólo dos referencias del poder territorial del PP.

Son las plazas (tanto en las Comunidades como en sus capitales) donde el PSOE ha registrado algunos de sus peores resultados en las urnas, hasta rozar en ciertos casos la humillación (que se lo digan a Miguel Sebastián). Siguen siendo una espina clavada para Zapatero.

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