Irene Lozano: «Pilar Urbano y el Opus Dei se han apuntado un tanto ideológico»

Irene Lozano: "Pilar Urbano y el Opus Dei se han apuntado un tanto ideológico"

(PD).-Que la Reina Sofía tiene todo el derecho a manifestar sus opiniones está fuera de duda: la Constitución no le impone abstención, pero si lo hiciera yo seguiría defendiendo su libertad de expresión. Y la del Rey. Y la de las Infantas. Y la del Príncipe. Y la de la Princesa. Ahora bien, que alguien sea titular de un derecho no le obliga a ejercerlo.

La inhibición mostrada por los miembros de la Casa Real respecto a cuestiones políticas pudo en su momento contemplarse como una manera de salvaguardar las instituciones, como la representación cotidiana de una separación radical entre el reino y el Gobierno. Hoy esa inhibición ha cambiado de signo, y más que proteger a los ciudadanos de la influencia de los Monarcas, los mantiene a ellos a salvo del vendaval del debate.

Opinar es quedarse a la intemperie, escribe Irene Lozano en ABC. Una vez que alguien emite su juicio, y sobre todo si lo hace sobre asuntos volcánicos, como el aborto, la eutanasia o los matrimonios homosexuales, no puede esperar que su opinión no sea criticada, respondida y rebatida. A mí ese brain training me parece de las cosas más divertidas a las que uno puede dedicarse, mucho más saludable y vivo que todos los sudokus de consola. Pero veo con claridad que es mal negocio para una casa real cualquiera, y uno de los peores en que puede embarcarse la Familia Real española en concreto.

Pese al carácter puramente político de la restauración monárquica en la transición, y pese a ser los Reyes quienes son, en sus años de reinado han conseguido despolitizar la institución. Todo el mundo se imagina que albergan ideas políticas -y ciertamente, nunca los tuvimos por enardecidos bolcheviques, no sé a quién puede sorprender el conservadurismo de la Reina-; sin embargo, su reserva habitual ayuda a muchos españoles a identificarse con la institución, entre otras cosas porque impide a las distintas parroquias apropiárselos para el particular avance de su asunto: es decir, politizarlos, que en España equivale a ser odiado por la mitad y amado por la otra mitad.

En este caso, Pilar Urbano y el Opus Dei se han apuntado un tanto ideológico. Si las familias que la Reina ha llamado «comunas de gente de aluvión» -las formadas por padres divorciados con hijos de matrimonios anteriores- decidieran contraatacar, encontrarían una gran ocasión en un acto callejero de los Reyes, o tal vez con motivo de la comidilla sobre la próxima pareja de la Infanta Elena. La Corona es una inmejorable caja de resonancia para cualquier causa, aunque si prefieren salvar la suya, el silencio sigue pareciendo la opción más recomendable. Felicidades, mi Reina.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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