El PSOE espera con los brazos abiertos a Rosa Aguilar

(PD).- La crisis interna de la descabezada Izquierda Unida se recrudece estos días con la confesión de una de sus líderes de mayor peso, la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, la única regidora de capital que la coalición tiene en España, de su posible abandono del barco en función del resultado de la próxima asamblea federal, que se celebrará los días 15 y 16 de noviembre.

Sólo desde quien tiene meridianamente claro que su destino está fuera de un proyecto se puede entender el último salto que dio hace escasos días Aguilar admitiendo de modo provocador que con ella cuenten si se acaba imponiendo el Partido Comunista.

En declaraciones a Radio Córdoba, Rosa Aguilar mantuvo que, antes de decidir sobre su continuidad en Izquierda Unida, creía merecer «el derecho de ver que va a pasar en la asamblea federal». «Haré todo lo posible para que salga muy bien la asamblea», señaló, al tiempo que instó al PCE a «no querer mandar por encima de todo», según informa El Semanal Digital.

En los últimos años, la alcaldesa de Córdoba ha ido dejando constancia sus distantes y tensas relaciones con el «aparatchik» del Partido Comunista. El nuevo episodio es la enésima reedición de la misma guerra de siempre: críticos versus oficialistas. Con la novedad de que Aguilar lanzó un mensaje inequívoco de que si no le gusta lo que salga de la asamblea sobre el «quo vadis» de la dirección de Izquierda Unida, ella cogerá la puerta, sin duda para aterrizar en el PSOE.

Los coqueteos de Rosa Aguilar con el socialismo, con quien gobierna en coalición, no son nuevos. De hecho, se la mencionó como candidata a un puesto de relevancia en el mismo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Muchos ven en sus flirteos notables similitudes con el proceso que llevó a la mayoría de los dirigentes de la corriente Nueva Izquierda de IU, a integrarse en las filas del PSOE. El de Diego López Garrido, hoy secretario de Estado para la Unión Europea, es actualmente el ejemplo más relevante.

En el Partido Socialista esperan a la regidora cordobesa con los brazos abiertos, según ha podido constatar Garganta Profunda. Sin duda, su trasvase haría las delicias de dos amigos suyos, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y del presidente del Congreso, José Bono. Entretanto, en el PCE destacan la «degeneración ideológica» de Rosa Aguilar y su integración en las posiciones más cercanas al PSOE.

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