Regina Otaola y la valiente reparación de una ignominia

(PD).- La admirable Regina Otaola ha roto la vergonzosa ley del silencio en Lizarza. Han tenido que pasar treinta años para que se recuerde públicamente a su vecino Ramón Quintero Ávila, guardia forestal asesinado por ETA en 1978, por quien se celebró ayer un funeral. La alcaldesa, Regina Otaola, del PP, ha demostrado que es posible reconquistar el terreno que se le entregó al mundo de Batasuna.

A la Misa celebrada este jueves sólo asistieron unos cuantos valientes. Muchos seguramente se quedaron en casa por miedo a las consecuencias. Pero tuvieron la oportunidad de ir, algo todavía impensable en los 42 municipios que controla ANV, y que el Gobierno se resiste a disolver, según informa cope.es.

«No es de recibo que Eusko Alkartasuna se ofrezca para representar los intereses del mundo filoterrorista en las próximas elecciones autonómicas, y no reciba una respuesta contundente. Por su parte el PNV, su actual socio, dice que espera mantenerse en el poder en coalición con este nacionalismo radical. Y el Partido Socialista, mientras tanto, no tiene inconveniente en prestar sus votos para que estos dos partidos saquen adelante sus presupuestos, dos partidos, por cierto, que significativamente declinaron ayer enviar representantes al funeral de Lizarza».

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