(PD).- La forma, el destino y el origen del dinero que el Gobierno socialista destinó para financiar los 500.000 euros que tenía que aportar para la cúpula que Miquel Barceló ha diseñado para la sala de los derechos humanos en la sede de la ONU en Ginebra, sigue arrojando nuevas incertidumbres.
Explica Paloma Cervilla en ABC que el diputado del Partido Popular, Miguel Arias Cañete, puso ayer en el Congreso de los Diputados el dedo en la llaga de las dudas, en su sesión de control al vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes.
Aunque la pregunta que le planteó tan sólo trataba de bucear en la austeridad del Gobierno, ante la esperada respuesta afirmativa de Solbes, Arias Cañete sacó a relucir el gasto para financiar la cúpula de Barceló, un proyecto que calificó de «ilegal, inmoral y bochornoso».
Pero el diputado popular tenía escondido un as en la manga, que sacó a relucir cuando aseguró que no tiene explicación «alguna que el Ministerio de Exteriores, el 20 de enero de 2007, desembolsara un millón de euros como contribución voluntaria a la Fundación Onuart, cuando esta Fundación no existía». Con esta afirmación, abría la caja de los truenos de una polémica que ahora tiene una nueva vía de investigación.
¿Cómo el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores, desembolsa un millón de euros, según una nota de prensa, a una Fundación que, según la propia entidad, no nació hasta el 24 de abril de 2007 y, según consta en el BOE, se constituyó oficialmente, el 2 de julio de 2007?
«¿A quién se pagó el millón?»
Arias Cañete no se quedó ahí, sino que siguió ahondando en otros detalles de esta Fundación, por ejemplo, que para su constitución sólo se aportaron 37.500 euros. Entonces, ¿dónde está el millón que desembolsó Exteriores?
Otro dato es que, cuando la Secretaría de Estado desembolsa el millón de euros para una Fundación que no existía oficialmente, tampoco se había llegado a un acuerdo con Naciones Unidas para la remodelación y renovación de la citada sala. El acuerdo se firmó el 28 de febrero de 2007.
Muchas dudas que dejó el diputado popular en el aire, a las que hay que añadir otras al finalizar su intervención:
«Convendrá que afrontar un proyecto de más de 18 millones de euros, sin realizar un concurso de ideas, sin presupuesto previo y adjudicado a dedo, lleva a toda clase de desviaciones. Convendrá usted, que lanzarse a una campaña de publicidad y derroche en los principales diarios europeos -aquí le muestro la insertada en el «Franffurter Allgemeiner», cuyo sólo costo supera los 35.000 euros- es escandaloso».
A este torrente de dudas y datos no obtuvo ninguna respuesta del ministro de Economía. Solbes se limitó a decir: «Muchas gracias, señor Arias. Veo que usted no está a favor de la cúpula del señor Barceló. En fin, ese es otro tema». Y siguió hablando de «austeridad y de la situación económica».
