El «gafe» de ZP cae sobre el primer ministro japonés

(PD).- La gestación y desarrollo de la cumbre del G-20 han logrado que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se tome en serio la política exterior. Washington ha supuesto un cierto cambio de prioridades en la agenda del presidente del Gobierno que tiene ya pensado saltar de un país a otro en los próximos meses, de momento sobre todo entre los europeos, preparando además a conciencia la próxima cita en Londres.

No sabemos si antes haría falta practicar algún que otro hechizo, pero lo cierto es que una especie de gafe le sigue acompañando a Zapatero allá por donde va. Desde que el secretario general del PSOE alcanzó el Poder, no ha podido quitarse de encima esa maldición, según publica El Semanal Digital.

No en vano, apoyó a John Kerry y ganó George Bush. Arropó a Gerhard Schröder y salió Ángela Merkel. Apuntaló a Ségolène Royal y triunfó Nicolas Sarkozy. Ejemplos, haberlos haylos.

Por si las moscas, José Luis Rodríguez Zapatero logró morderse la lengua y guardarse para sí su entusiasta apuesta por la victoria de Barack Obama y ahí está el senador haciendo historia, a las puertas de convertirse en presidente de Estados Unidos. Pero el duende burlón volvió a hacer su aparición con Zapatero en Washington, para desgracia del cándido primer ministro nipón, Taro Aso. El japonés se detuvo a hablar con su colega español en los corrillos tras la cena de bienvenida en la Casa Blanca.

No en vano, ambos mandatarios habían tenido la oportunidad de verse pocas semanas antes en la cumbre Asia-Europa de Pekín. Y pese a que una de las máculas que arrastra el presidente del Gobierno en su currículo es el poco don de idiomas del que hace gala, Zapatero osó chapurrear en inglés con Aso y le confesó incluso que pensaba en él todas las mañanas ya que seguía con atención el índice Nikkei. El pretendido elogio debió de calar en el premier nipón pues se quedó con la copla y se colgó del jefe del Ejecutivo, según cuentan a Garganta Profunda.

Parece que no era lo más conveniente. Fue acabar la cumbre del G-20, regresar Taro Aso a Tokio y comprobar que la economía de su país había entrado en recesión. Tras contraerse entre julio y septiembre por segundo trimestre consecutivo, la segunda potencial mundial se sumaba a la zona euro en el bando de países que están en números rojos y confirmó el traslado de la crisis financiera global a las economías reales. Visto lo visto, corren rumores de que el japonés puede poner pies en polvorosa la próxima vez que perciba en lontananza la mera silueta de José Luis Rodríguez Zapatero.

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