Aznar advierte a Rajoy que para llegar a La Moncloa hay que salir a ganar

Aznar advierte a Rajoy que para llegar a La Moncloa hay que salir a ganar

Carlos E. Cué en El País, no es un discurso nuevo. Pero sí la primera vez que alguien lo pronuncia públicamente.

Hasta ahora, esa idea la trasladaban en los pasillos esos dirigentes críticos a los que María Dolores de Cospedal, la secretaria general, descalificó por su «cobardía«.

Es la tesis del sector crítico, que sostiene que Rajoy hace una oposición moderada porque cree que basta con esperar a que la crisis económica acabe con el PSOE, que «heredará» a Zapatero de la misma manera que heredó el liderazgo en el PP de la mano de Aznar.

El ex presidente, muy en su estilo, le sacudió de lo lindo al PSOE de Zapatero:

«Necesitamos recuperar el rumbo de un futuro que diga que queremos volver a ser una de las mejores democracias del mundo y que no queremos que nos sigan prestando sillas porque no queremos andar de prestado».

El aún presidente de honor del PP se tiró a la yugular de la izquierda, pero con cada golpe daba, de paso, otro a Rajoy.

Y todo con la misma idea de fondo, la que expresó Esperanza Aguirre cuando subió a la tribuna de oradores antes que él, y también Pablo Casado, líder de Nuevas Generaciones de Madrid.

El PP, sostuvieron los tres, debe dar sin complejos la batalla ideológica contra la izquierda si quiere volver al poder. Debe defender el liberalismo, no aceptar que la crisis ha puesto en duda el modelo de economía ultraliberal desregulada de EEUU, y lanzarse al ataque.

«Defended vuestros principios siempre y sin complejos», le gritó Aznar a los jóvenes, entregados:

«Los que tienen que tener complejos son esos progres apolillados y de pacotilla que hacen políticas rancias. Nuestras ideas son mejores que las suyas. […] Para llegar al Gobierno primero hay que construir una alternativa, ejercer una buena oposición, proponer proyectos diferentes».

Esperanza Aguirre, en un tono más suave pero con el mismo fondo, también reivindicó la batalla ideológica.

Los jóvenes de Casado han aprobado una ponencia en contra del salario mínimo y reclaman, por ejemplo, el fin de los liberados sindicales y que las centrales se autofinancien y no reciban dinero público, algo que no propone ningún partido europeo asociado con el PP. La ponencia ha provocado polémica, y Aguirre la defendió a ultranza:

«Los jóvenes del PP suscitáis interés porque os habéis atrevido a abrir los debates ideológicos que la sociedad española necesita. Está de moda decir que no está claro qué es verdad y mentira, qué está bien o mal. Pero sí que hay verdad y mentira, y hay héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Che Guevara».

El auditorio en Las Rozas, zona residencial de lujo cerca de Madrid, se caía.

En este festival liberal y sin complejos sólo habló un representante de la línea moderada que gobierna el PP.

Fue Nacho Uriarte, líder nacional de Nuevas Generaciones, muy distante de su colega madrileño, y que alabó el papel de los «agentes sociales», esto es, los sindicatos, y pidió que, «por convicción o por obediencia» nadie en el PP «haga nada que desvíe del objetivo de ganar las alecciones».

Fue inútil. Los dos grandes derrotados del congreso de Valencia, Aguirre y Aznar, acompañados de Manuel Pizarro y diputados críticos como Gabriel Elorriaga, no citaron ni una sola vez a Rajoy, algo ya en sí muy significativo. Pero con sus discursos dejaron en evidencia la guerra ideológica que vive el PP.

Mientras los ultraliberales defienden que la crisis mundial es obra de la excesiva regulación -«ahora que algunos abrazan las falsas recetas del intervencionismo, pero la culpa es de los organismos que han regulado mal», dijo Aguirre-, Rajoy, que ayer estaba en Almería, ha apoyado el plan de 150.000 millones de euros para ayudar al sistema financiero -una medida intervencionista de manual-, critica en sus discursos a los tiburones especuladores y reivindica la cultura empresarial tradicional, un discurso clásico de la democracia cristiana alemana y de la cultura protestante.

Algunos marianistas sostienen que les conviene que se vea claramente las diferencias entre Aguirre, Aznar y Rajoy, porque esto centra la imagen del líder, algo imprescindible para desactivar el voto anti-PP que tanto daño les hizo en las generales, especialmente en Cataluña.

La batalla ideológica interna no ha hecho más que comenzar.

Las frases

– «Está de moda decir que no está claro qué es verdad y mentira, qué está bien o mal. Pero sí que hay verdad y mentira, y héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Che Guevara». (Aguirre)

– El virus del totalitarismo tiene una enorme capacidad para mutar. El comunismo puede resucitar en forma de fundamentalismo islámico, de populismo latinoamericano, o de sacralización del Estado y el intervencionismo. (Aguirre)

– Los que tienen que tener complejos son esos progres apolillados y de pacotilla

que andan por ahí (…) haciendo política rancia.

Se ha demostrado que nuestras ideas son mejores que las suyas. (Aznar)

– En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar. (Aznar)

– Yo no voy a pedir perdón por ser liberal, por mucho que me critiquen. (Casado)

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