Marimar Blanco: «La información sobre Uría salió de cualquier concejal de ese ayuntamiento»

(PD).- La presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, se ha mostrado convencida de que «la información sobre los movimientos de Ignacio Uría», última víctima de ETA, salió de «cualquier concejal de ese ayuntamiento (el de Azpeitia, gobernado por ANV) o incluso del propio alcalde».

«Los terroristas no deben permanecer ni un minuto más en los ayuntamientos», ha dicho Blanco en el VI Seminario «Información, Víctimas y Terrorismo», organizado por la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, en el que se ha guardado un minuto de silencio por la muerte de Uría.

Marimar Blanco, hermana del concejal del PP de Ermua Miguel Angel Blanco, asesinado por ETA en 1997, ha trasladado su «apoyo, cariño y solidaridad» a la familia de Uría y a sus compañeros de trabajo, así como a todos los empresarios vascos que «sufren y padecen la amenaza, el chantaje y el acoso» de ETA.

Ha recordado que estos 40 años en los que España ha sufrido el «zarpazo del terrorismo» han demostrado que para acabar con esta lacra no sirve negociar, sólo «aplicar la ley».

La presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco ha hecho hincapié en que la presencia de los terroristas en las instituciones públicas les permite recibir subvenciones del Gobierno que este año ascienden a 40 millones, que no irán destinados a «mejorar las condiciones de sus conciudadanos» sino a «financiar el terrorismo».

El presidente de la AVT, Juan Antonio García Casquero, ha apostillado que en función del artículo 61.2 de la Ley de Régimen Local es posible disolver los ayuntamientos en los que gobierna ANV, al tiempo que ha recordado que esta formación no ha condenado este atentado como tampoco lo hizo con el del ex concejal socialista de Arrasate-Mondragón Isaías Carrasco.

Por su parte, la portavoz de COVITE, Cristina Cuesta, ha afirmado sentir «vergüenza» por la «falta de criterio ético y la amnesia» de la sociedad vasca, en confesa referencia a los compañeros de Uría que continuaron tras su muerte jugando a las cartas, como muestra en una foto el diario El Mundo.

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