Carrillo propició el asesinato de militantes del PC para hacerse con las riendas del partido

(PD).- Así lo asegura un informe que sale a la luz 53 años después. Lo denunció Enrique Líster, coronel del Ejército republicano y miembro del Comité Central del Partido Comunista en España hasta 1970. En 1983 publicó «Así destruyó Carrillo el PCE», donde aseguraba que existía un documento de 100 folios elaborado en 1955 por el dirigente comunista Francisco Abad donde se documentaba la purga. El periodista Antonio Rubio se ha hecho con los papeles que ponen a Carrillo de nuevo entre la espada y la pared.

Según el libro de Enrique Líster, en el documento se revelaba y documentaba la purga que había llevado a cabo Santiago Carrillo dentro del PCE, señalando a algunos de sus camaradas a la Policía franquista y eliminando físicamente a otros. Cincuenta y tres años después, Antonio Rubio ha localizado ese informe-documento y a la persona que celosamente lo guardaba. Se llama Catalina Abad Tendero y es la hija de Francisco Abad, el hombre que, con su denuncia, hasta ahora oculta, pone a Santiago Carrillo frente a la Historia, según publica el suplemento Crónica, de El Mundo.

Catalina Abad Tendero, Katya, tiene actualmente 68 años. Su padre, Francisco Abad, antiguo dirigente del Partido Comunista de España, denunció ante sus homólogos del PCUS soviético y del PCE que Santiago Carrillo había propiciado la detención y muerte de varios militantes del partido en España. Que había informado a la Policía franquista sobre cuándo y cómo pasaban la frontera con Francia los comandos que iban a atentar contra la dictadura y, además, cómo «montó un equipo de castigo [ ] para depurar [ ] ajusticiar, asesinar [ ] a los componentes del movimiento guerrillero».

«Han sido más de dos largos años de trabajo los empleados por este periodista para convencer a Katya Abad de que ese informe de su padre contra Carrillo tenía que ver la luz, hacerse público, y de que ella tenía que contar su verdad. Finalmente, la ex militante comunista ha accedido».

MEMORIA HISTÓRICA DE SANTIAGO ABAD

«Ahora todo el mundo quiere recuperar la memoria histórica. Pues ahí está la memoria de mi padre. Ahí está su informe. Así se sabrá, de una vez por todas, quién es y qué hizo Santiago Carrillo».

Katya Abad cuanta a Antonio Rubio cómo se fraguó el texto:

«Mi padre preparó un extenso informe sobre las actuaciones y comportamiento de Carrillo en el exilio. Después de aquello, fue el propio Santiago, con la ayuda de Dolores Ibárruri, La Pasionaria, quien se encargó de que lo ingresaran, durante un año y medio, en un psiquiátrico de la antigua URSS -el Korsakova, de Moscú- para acallar sus denuncias. Al final el PCUS comprobó que todo lo que decía mi padre era verdad y lo liberaron. Pero ya nunca más volvió a ser la misma persona, mientras que Carrillo se había convertido en el número uno del PCE».

El informe completo de Abad tiene 100 folios, escritos a máquina, y en él se van detallando, pormenorizando y documentando cada una de las denuncias que se establecen contra Santiago Carrillo. Poco antes de morir en 1979, Francisco Abad entregó un resumen de ese informe a su hija. El original está en los archivos del PCUS en Moscú.

Las acusaciones más fuertes y directas de Abad contra Carrillo se enmarcan en el V Congreso (Praga, 1954). Asegura que «la dirección del PCE en el interior debe correr a cargo de los camaradas que salen de las cárceles». Y continúa el análisis: «El sabía perfectamente que en las cárceles se había creado ya el núcleo de sus incondicionales».

Abad comienza a documentar y señalar a Carrillo como el auténtico ideólogo de la purga de importantes miembros del PCE: «Para depurar a los componentes del movimiento guerrillero que más tarde o más temprano tendrían que abandonar el monte para incorporarse a la lucha en las fábricas o regresar a Francia, Santiago [se refiere a Carrillo] montó un equipo de castigo compuesto por Antonio (José Gros), Sebastián (Félix Pérez) y Partebocas (Ricardo Navacerrada), ambos llegados de la Unión Soviética».

«Entre las hazañas de este grupo de verdugos enviados por Carrillo cabe destacar lo que hicieron con el que fue durante muchos años jefe del Estado Mayor de las guerrillas de Levante, conocido como Pepito o El Gafas [ ]. Llegaron en uno de sus viajes a las guerrillas de Levante los nombres que acabamos de citar, es decir, Antonio, Sebastián y Partebocas, y le dijeron: «Eres el hombre de la suerte. Venimos a por ti. La dirección del Partido te ha designado para que asistas a la reunión del Consejo Mundial de la Paz que se celebrará en Varsovia. Prepara tus cosas, lo indispensable. Cuando lleguemos a París, se te facilitará todo lo necesario»».

Después, Abad narra como Pepito era un experto tirador y que en una ocasión «sacó su pistola dejando tendidos a dos guardias civiles». Dice, además, que ese hecho era perfectamente conocido por «los verdugos enviados por Carrillo», por lo que tuvieron precauciones.

«Por eso», continúa Francisco Abad, «cuando llegaron al lugar previsto para su ejecución, se tomaron un largo descanso.Las cosas se hicieron con tal naturalidad y cinismo que Pepito o El Gafas nunca sospechó de lo que se trataba. Dejaron sus armas.Como además los tres que formaban la expedición de castigo (sic) les acompañaba otro guerrillero más, procuraron que dos fueran en busca de agua».

«Cuando regresaron con el agua, Pepito ya había llegado a Varsovia, es decir, había sido ajusticiado, asesinado. Sin más explicaciones, sin ninguna acusación. Pero lo más grave consistió en que este asesinato fue ocultado al resto de los guerrilleros, que cuando preguntaban por el jefe se les contestaba siempre que se había quedado en Varsovia».

Esto es sólo una parte de las fechorías del conocido ya como «héroe de Paracuellos«. Santiago Carrillo, mientras tanto, tiene acogida en los micrófonos de la Cadena SER donde pontifica sobre lo divino y lo humano.

CARRILLO: «ABAD ERA UN TRASTORNADO»

Antonio Rubio se puso en contacto con Carrillo para saber su opinión sobre el informe que elaboró Abad contra su persona rápidamente situó al personaje y comenzó a descalificarlo:

«Francisco Abad era un hombre trastornado. Alguien del KGB le aconsejó hacer una denuncia contra mí por mis diferencias con el PCUS».

Y así relata el periodista su conversación con el ex líder comunista:

La conversación, telefónica, comienza a tensarse. Carrillo está nervioso, incómodo. Parece como si le hubieran nombrado al diablo: «Todo aquello eran acusaciones falsas para liquidarme políticamente».Carrillo insiste en el montaje de los servicios secretos: «Abad tenía relaciones con los servicios secretos». Después, con rabia, reconoce la existencia del informe de Abad: «Me lo enseñó Dolores Ibárruri en Moscú, me dijo cómo se había hecho y que querían mi eliminación política». Más nervios y tensión: «Sacar a estas alturas una historia de ese tipo no tiene ningún sentido. Es una campaña personal contra mí. No tienen bastante con ese pueblo (no se acuerda del nombre del pueblo y una voz le apunta: «Paracuellos»), Paracuellos. Esta historia no tiene ni pies ni cabeza».

Carrillo, poco a poco, se va alterando y comienza a hacer algunas descalificaciones: «Es normal que El Mundo, ahora, ande detrás de esas historias». Y también asevera: «Seguro que habrán pagado a la hija de Abad por hacer declaraciones, como hacen en la televisión cuando sacan a esa gente». El ex dirigente comunista quiere terminar la conversación y se niega a tener un encuentro directo y a ver el documento de Abad.

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