Chacón leyó la cartilla a los periodistas en plena viaje a Afganistán

Chacón leyó la cartilla a los periodistas en plena viaje a Afganistán

(PD).- Se armó la gorda en pleno viaje oficial a Afganistán. A Moratinos y Chacón, que visitaban a nuestras tropas destinadas en el país asiático, no les sentó nada bien que los periodistas no se amoldaran al guión y hubo más de un rapapolvo en mitad del vuelo.

Según cuenta Garganta Profunda en El Semanal Digital, todo era normal, incluso lo anormal, hasta el momento de disponerse a subirse al avión de madrugada. Entonces, los equipos de los ministros se percataron de que la agencia Europa Press había hecho pública una previa del viaje y que los compañeros de radios se disponían a dejar grabadas crónicas de la travesía para sus respectivos medios.

Lo habitual en este tipo de visitas, supuestamente por cuestiones de seguridad, es que la prensa guarde silencio hasta que los ministros tomen tierra en destino. Pero estaba visto que en esta ocasión no iba a ser así. Esa circunstancia, según cuentan a Garganta Profunda, provocó el enfado de los jefes de comunicación de Defensa y Exteriores que, de inmediato, saltaron sobre la compañera de Europa Press, Laura Caldito, señalada como el detonante de la ruptura de una norma no escrita de autocensura.

Finalmente, la periodista se avinó a pedir a su agencia de noticias la retirada de la noticia hasta el momento en que tomasen tierra en Afganistán. Sin embargo, el disgusto de los responsables ministeriales se desbocó cuando éstos comprobaron que el periódico El País había hecho lo propio y colgó en la edición online su propia información. En ese momento, las recelosas miradas de Defensa y Exteriores se giraron hacia el enviado especial del rotativo, Miguel González, y se montó una pelotera general. En la misma ya intervinieron los compañeros de todos los medios. Todo era de traca.

El altercado iba camino de convertirse en el primer sofocón gubernamental del día. Tan es así que Defensa y Exteriores tuvieron que llegar a un acuerdo con los periodistas para que nadie contase nada hasta las 5h30, hora prevista de la llegada a destino. Así las cosas, para cuando subieron a un avión Airbus 310 de la Fuerza Aérea española hasta una base de Kirguistán y, a posteriori en un Hércules C-130, todos estaban curados de espanto. A nadie pudo extrañarle, por tanto, que las goteras amargasen el vuelo a más de uno, empezando por el propio Miguel Ángel Moratinos.

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