Parlamento español: Cerrado por vacaciones

Parlamento español: Cerrado por vacaciones

(PD).- Aunque esté escrito en la Constitución, no es de recibo que el Congreso pase tres meses al año cerrado por vacaciones.

Explica Ignacio Camacho en ABC que en la Constitución hay escritas muchas cosas que no se cumplen, pero existe rara unanimidad para acatar este precepto, que permite a los diputados largarse antes de navidad y volver en la primera semana de febrero, por no hablar del largo lapso veraniego de julio y agosto.

Aunque la aportación de sus señorías deje bastante que desear durante el calendario de trabajo -tres días a la semana, que tampoco es un deslome-, un país al borde de la recesión no se puede dar el lujo de tener al poder legislativo en cese temporal de empleo, como las fábricas de coches. Al menos en los expedientes de regulación, los obreros dejan de cobrar su salario.

Ya, ya: que los diputados siguen ejerciendo en sus circunscripciones, motivo teórico del doble parón de invierno y estío.

Y yo que me lo creo. Desbordaditos de trabajo están por esas provincias de Dios. Esa bienintencionada cláusula constitucional proviene de una época -en la República los períodos de sesiones eran aún más cortos- en que viajar por España era casi una aventura y Madrid, el rompeolas machadiano de las Españas, quedaba a una distancia engorrosa en la que convenía embarcarse para una temporada.

Ahora, a pesar de que con Magdalena Álvarez los viajes domésticos continúan teniendo un notable factor de incertidumbre, eso no se sostiene. En la sociedad tecnológica, el contacto de representantes y representados es un flujo continuo, de ida y vuelta, sea presencial, por Internet o a través de los medios de comunicación.

El paréntesis temporal carece de sentido, y ofrece margen para situaciones tan lamentables como la de un presidente del Gobierno que se esconde de la Cámara para no dar la cara hasta dentro de veinte días alegando que está cerrada. Claro que, si no es por añagazas como ésa, los ciudadanos acaso ni siquiera habrían reparado en el detalle. Porque cuando está abierta tampoco se nota demasiado.

Pero ése es otro asunto. El Parlamento es la caja de resonancia de la nación y ha de estar abierto full time. Si la Carta Magna establece dos plazos inhábiles, es menester arbitrar mecanismos en el Reglamento para darle flexibilidad a esa norma.

Mecanismos más eficaces que los actuales, que ni siquiera logran reunir a los 50 diputados de la Permanente para abordar una situación de crisis social; estarán muy ocupados en sus provincias recogiendo el pálpito del pueblo.

¿Demagogia? Sí, claro. Lo que no es demagogia es disponer de 43 días hábiles sobre 181 de este semestre, y ello para un trabajo en el que la mayoría se limita a hacer bulto y presentar preguntitas que elaboran los asesores del partido.

Así resulta lógico que el presidente prefiera hablar en la televisión; la cámara catódica es más eficaz que la cámara de representantes. Aunque Zapatero la elige porque, pese a todo, es también más agradecida y no tiene derecho de réplica.

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