(PD).- En medio de una crisis de caballo e inmersos en un notable conflicto interno a cuenta de la supuesta red de espías madrileños, los más destacados dirigentes del Partido Popular se reunieron este miércoles en torno a una de sus figuras más carismáticas, el ex vicepresidente del Gobierno y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, con motivo de su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Rey Juan Carlos de Móstoles. Era hora de aparentar piña. Sólo faltaron Aznar y Gallardón.
Aunque faltó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, para completar el cuadro de la discordia, el acto contó con la presencia del presidente del partido, Mariano Rajoy, y de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Además de Gallardón, faltó también la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, responsable de la investigación interna abierta en el partido por el caso de los espías, sobre el cual la Comunidad y la dirección de Génova se han lanzado, en privado, reproches mutuos. Durante el acto universitario, Rodrigo Rato eludió hacer cualquier referencia a la situación interna del partido y se ciñó a un discurso estrictamente económico.
Allí estaban, en primera fila, sus antiguos competidores, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja, el ahora revalidado candidato europeo del PP. Y allí también, el presidente fundador, Manuel Fraga, y otros históricos del PP, como Juan José Lucas o Federico Trillo.
Tampoco faltaron los portavoces parlamentarios, Soraya Sáenz de Santamaría y Pío García-Escudero, y otros pesos pesados de Génova, como el vicesecretario Javier Arenas. Ello, sin contar con Manuel Pizarro, Gabriel Elorriaga, Teófila Martínez… y un compendio de viejos colaboradores de Rato en el Gobierno, como Luis de Guindos, Cristóbal Montoro, Elena Pisonero, Ramón Aguirre o Vicente Martínez-Pujalte.
Esperanza Aguirre dijo sobre Rato, «el mejor ministro de Economía que ha habido en España«: «Fue el que nos sacó de la crisis«.